Me encanta viajar. Disfruto cada segundo de la emoción de ir a un nuevo lugar, ver cosas nuevas y conocer gente nueva.
En el verano de 2021, estaba listo para ir a Colorado, donde sería miembro del personal en un campamento de aventuras juvenil para Científicos Cristianos. Estaba muy emocionado, excepto por una cosa: Para llegar a Colorado, tenía que subirme a un avión... y los aviones no me gustan.
El viaje en avión comenzó, y el despegue no fue tan malo. Vi algunos programas de comedia de Monty Python con el intento de liberarme del estrés y olvidar que estaba en un avión. Pero no pasó mucho tiempo antes de que nos topáramos con cierta turbulencia, y comencé a asustarme. Me aferré a mi apoyabrazos y bajé la persiana de mi ventanilla para no tener que ver la tormenta por la que estábamos volando.
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