Durante los últimos años, las personas en muchos países han estado viviendo en una atmósfera caótica. Esto ha sido el resultado no solo de la crisis del COVID, sino también de los conflictos entre los gobiernos y los grupos minoritarios que se sienten marginados y desean afirmar su independencia.
Hay muchos problemas que superar, como el miedo, la carencia, los encierros y las incesantes luchas. Como Científica Cristiana que ha experimentado tales circunstancias, he estado orando para saber que Dios, el Principio divino, es el único que gobierna, y que, por lo tanto, a pesar de cómo parecen las cosas, cada uno tiene lo que necesita. No faltan los recursos necesarios; no hay llanto en nuestras calles; y nadie puede sufrir. No importa lo que parezca estar sucediendo, podemos experimentar el gobierno de Dios en orden, paz y abundancia.
Un día, los combatientes separatistas en mi país instruyeron a todos a quedarse en casa durante 14 días porque planeaban una huelga de brazos caídos, y dijeron que debíamos comprar suficiente comida para cuanto durara la huelga. La gente se preguntaba de dónde vendría el dinero para comprar tanta comida a la vez, y de dónde vendría la comida para que nos durara tanto tiempo. Oré con este versículo de la Biblia: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). Confiaba en que Dios, el Amor divino, proveería lo necesario para todos.
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