Crecí en Brasil, donde manifestantes recientemente irrumpieron en edificios gubernamentales en Brasilia, la capital, y los disturbios continúan.
Al responder a esta desalentadora noticia, he recurrido a algo que ha sido una parte valiosa de mi vida diaria desde mi temprana adolescencia: la oración. Las oraciones que me han resultado más útiles se basan en la Biblia —particularmente las enseñanzas de Cristo Jesús—y el libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras escrito por la Descubridora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy.
En un pasaje, Ciencia y Salud explica esta declaración del libro de Isaías en la Biblia: “Hago la paz y creo la adversidad” (45:7). Este versículo puede parecer confuso, porque el mal se opone a la paz. Y ambos no pueden venir del Dios que es del todo bueno, de la misma manera que no esperamos que las manzanas y las naranjas vengan del mismo árbol. La explicación de Eddy es esclarecedora: “… el profeta se refería a la ley divina que agita la creencia en el mal al máximo, al traerla a la superficie y reducirla a su denominador común: la nada” (pág. 540).
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