A la luz del brutal ataque contra Israel y su punitiva respuesta, muchos buscan consuelo en la oración. Más que nadie, aquellos que todavía esperan ansiosamente noticias sobre la seguridad y el paradero de sus seres queridos, y aquellos que lloran su pérdida, necesitan sentir la presencia amorosa y protección todopoderosa de Dios.
Pensé en una familia judía con la que mi grupo de turistas se cruzó hace varios meses en Israel. Ellos habían huido de su casa para escapar de los disparos esporádicos de cohetes y no estaba segura de sí su hogar seguiría allí cuando regresaran. También me preguntaba acerca de un amigo palestino que esencialmente no había tenido patria en toda su vida. Todos eran personas amables y pacíficas atrapadas en un ciclo de miedo, incomprensión y odio. ¿Estaban a salvo?
Durante los momentos difíciles, las oraciones a veces pueden parecer inútiles y las palabras huecas. Pero hay hermosas promesas en la Biblia que alivian el corazón abatido y lo llenan de esperanza. Por ejemplo, en el libro del profeta Isaías: “Porque así dice el Señor... Como a uno a quien consuela su madre, así los consolaré Yo” (66:12, 13, LBLA).
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!