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¿Estás corriendo hacia Goliat?

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 27 de febrero de 2023


En una conocida historia bíblica, David, un joven pastor, se ofrece como voluntario para luchar contra un imponente guerrero filisteo llamado Goliat. Goliat había desafiado a los hombres de Israel a que ofrecieran un miembro de sus tropas para luchar contra él, pero todos tenían miedo de aceptar el desafío. Goliat estaba ataviado con la más actual y mejor armadura y portaba armas de batalla. Mirando al campeón de peso pesado, David le dijo al filisteo: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado” (1 Samuel 17:45, Nueva Versión Internacional). David tomó como arma tan solo su bastón de pastor, una honda y cinco piedras lisas.

Esta historia tiene una moraleja espiritual que se aplica a todos nosotros. Goliat puede representar muchas cosas: una situación aterradora, un dios falso, una enfermedad, etc. 

Recientemente, mientras enseñaba en la Escuela Dominical, noté una parte interesante de la historia. David corrió hacia Goliat, hacia lo que parecía ser tan temible. Debido a las experiencias que había tenido al luchar contra un oso y un león que le habían arrebatado corderos de su rebaño, David no tenía miedo. Sabía que Dios estaba con él y era todopoderoso; por lo tanto, confió absolutamente en que Dios también lo ayudaría a eliminar esta nueva amenaza. Y David ganó; demostró que la piedra de la comprensión espiritual derriba a cualquier Goliat que podamos enfrentar.

Comprender que Dios, el Amor divino, es omnipresente y todopoderoso también es nuestra protección espiritual: la armadura que necesitamos para defendernos en cualquier situación temible. La Biblia nos dice innumerables veces que debemos “temer” a Dios, pero esto significa reverenciar o estar maravillados ante Dios, ¡y solo ante Dios! Cualquier otro tipo de miedo debe ser expulsado de nuestro pensamiento, porque insiste falsamente en un poder aparte del Divino. Ayuda preguntarnos ante qué estamos maravillados. ¿Es ante la bondad y la omnipresencia del Amor divino o un mesmerizante y temible Goliat? 

Comprender aunque sea un poco de la totalidad de Dios y seguir Su guía nos capacita para enfrentar con confianza el temor y ver su falta de fundamento. Cristo Jesús dijo: “Os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño” (Lucas 10:19, LBLA). El error, lo opuesto a la Verdad divina, no tiene poder para derrotar a Dios o a Su creación libre de temor. 

Cuando nos enfrentamos a un “Goliat” o una situación aterradora, podemos enfrentar sin miedo la pretensión falsa, mediante la comprensión que Dios, el Amor divino, nos brinda respecto a la impotencia de la pretensión falsa. El miedo parece ser nuestro propio pensamiento. Pero el hecho es que tenemos un solo Dios, que es nuestra única Mente. Sin importar que Goliat sea visto como temor al futuro, miedo a estar solo, temor a lo que otros piensan, miedo a lo desconocido o a un mal resultado, podemos rendirnos ante la totalidad de Dios en lugar de al miedo. 

Es el Cristo —la Verdad de Dios— el que nos hace rendirnos ante Dios y vencer el pensamiento mundano temeroso. Al referirse a Cristo Jesús, la Sra. Eddy dijo: “Siendo del linaje de David, salió como él, tan sencillo como el joven pastor, para desarmar a Goliat. Revestido con la panoplia de la fortaleza de una esperanza, fe y entendimiento excelsos, procuró conquistar el tres-en-uno del error: el mundo, la carne y el demonio” (Escritos Misceláneos 1883-1896, págs.162-163).

Nosotros también somos capaces de desarmar a los Goliats de su supuesto poder al estar alerta ante las falsas sugestiones del mundo, la carne y el diablo. Cuando luchamos contra algo, recordemos que Dios nos ha dado dominio. Las falsas creencias del mundo, que quizá se hayan deslizado sigilosamente en nuestro pensamiento, pueden superarse cuando dejamos de depender de las leyes materiales y ponemos toda nuestra confianza en la ley divina.

David cantó: “En Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?” (Salmos 56:4). Vencer la carne significa ver con el sentido espiritual lo que es verdadero: que somos espirituales y que cada aspecto de nuestro bienestar, incluso nuestra salud, está protegido por la ley de Dios. No somos mortales corpóreos librando una batalla sin esperanza. En Dios, todos tenemos dominio espiritual sobre la carne, incluida la libertad del temor. Isaías promete: “Entonces será revelada la gloria del Señor, y toda carne a una la verá” (Isaías 40:5, LBLA).

Aun cuando un desafío parece demasiado grande, demasiado aterrador o invencible, Dios, el Amor, está con nosotros. Cada uno de estos desafíos es simplemente una mentira temerosa jactándose de que es real y más grande que Dios. La Sra. Eddy escribe: “Bien podemos estar perplejos ante el temor humano; y aun más consternados ante el odio, que levanta su cabeza de hidra, mostrando sus cuernos en los muchos engaños del mal. Pero ¿por qué quedarnos horrorizados ante la nada?” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 563). Al reconocer que el error es una mentira, podemos estar seguros de que la curación y la paz son naturales e inevitables.

A veces el miedo es acerca del Goliat que enfrentamos, y otras de las “hipotéticas” situaciones que el Goliat parece capaz de provocar en nuestras vidas. Pero cualquiera que sea el error, la mentira o la sugestión mental temerosa, podemos usar las piedras de las verdades específicas para extinguir la sugestión reconociendo la ley espiritual que la niega. 

Armados con el conocimiento de que solo hay un poder y una Mente, y que no hay nada más grande o más poderoso que Dios, no tenemos que temer a ningún Goliat que parezca desafiarnos. En cambio, podemos correr hacia la mentira jactanciosa, confiados en que “la batalla no es [nuestra], sino de Dios” (2 Crónicas 20:15, LBLA).

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