¿Conoces el himno “Tiene al mundo entero en sus manos” (Christian Science Hymnal: Hymns 430-603, N° 492)? Eso es lo que me vino una mañana cuando abrí mi pensamiento a Dios. Mientras me cepillaba los dientes, le pregunté: “¿Qué necesito saber hoy?”. No podía creerlo cuando esa canción me vino a la mente. “¿En serio? ¿Esa canción vieja y repetitiva?”, pensé. “Seguramente ese no puede ser el mensaje que Dios tiene para mí hoy”.
Pero cuando me siguió llegando, decidí que necesitaba prestarle atención. No pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que tenía una letanía de preocupaciones por las que me había estresado, y que podía sustituir cada situación o persona que me preocupaba por las palabras “el mundo entero”.
Sentí que me liberaba de un gran peso cuando me di cuenta de que era posible dejar todas esas preocupaciones a Dios, y saber que todos somos Sus ideas y que Él cuida perfectamente de cada idea de Su creación. Todos estamos en Sus manos. Recurrí a esa canción varias veces durante el día y descubrí que podía dejar de preocuparme y dejar que Dios tomara las riendas.
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