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Original Web

Recurrir a Dios responde a todas las necesidades

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 15 de junio de 2023

Publicado originalmente en francés.


La espiritualidad no es sinónimo de pobreza. De hecho, la espiritualidad va de la mano con la prosperidad.

Jesús nos asegura: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). ¡Qué reconfortante es saber que se nos ha dado el reino de los cielos, no simplemente una pequeña choza en lo profundo del bosque!

Cuando estudiamos con detenimiento la profunda espiritualidad que enseñó Jesús y contienen los Evangelios, hallamos que sus enseñanzas tienen una respuesta precisa a las dificultades financieras que podemos encontrar. Encontramos una respuesta satisfactoria al temor a la carencia.

Jesús explica que es normal no carecer de nada bueno. No defiende la pobreza, a pesar de lo que promueven algunas teorías populares.

Por ejemplo, en su Sermón del Monte, Jesús no dice: “Tendrás hambre, y serás vestido con harapos; tal es el precio a pagar en este camino espiritual”. Por el contrario, nos asegura diciendo: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. … Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. …  Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mateo 6:25, 26, 28, 29). 

Jesús nos asegura que Dios, el Amor infinito, satisface naturalmente todas nuestras necesidades. Al explicar este punto, continúa diciendo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Poner nuestra confianza en Dios y alejarnos de cualquier situación limitante y difícil en la que parezcamos estar, nos permite encontrar paz y escuchar y actuar según la inspiración divina que produce un ajuste en nuestras finanzas.

Hace unos años, me encontré con escasos recursos. Estaba trabajando, pero mi salario era muy pequeño y no cubría los gastos de nuestra familia.

Así que decidí orar. Mi oración no era una súplica para que Dios llenara mi cuenta bancaria. Ese tipo de oración solo habría reforzado mi percepción de que sufría de escasez. La Ciencia Cristiana se basa en las enseñanzas de Jesús y explica que Dios, el bien, es infinito e ilimitado, por lo que, a pesar de las apariencias, la realidad espiritual es que la carencia es imposible. O más precisamente, lo que percibimos como algo que falta ya está, de hecho, lleno de Amor divino. Como descendencia espiritual de Dios, hecha a Su imagen y semejanza, ya reflejamos la totalidad de los ilimitados recursos divinos.

Mi oración consistía en establecer con firmeza estos hechos espirituales en mi pensamiento. También se trataba de abandonar el sentimiento de culpa por tener un trabajo que no parecía proporcionar lo suficiente para las necesidades de mi familia. En cambio, oré para obtener una mejor comprensión de Dios como la fuente del bien para todos, incluyendo a mi familia y a mí.

¡Qué alivio fue tener la certeza de que el bien era ilimitado y estaba presente, y obtener la paz que acompaña esta certeza! Estos fueron los efectos de mi oración. Me sentí más receptivo a la sabiduría divina como la fuente de soluciones inspiradas a nuestros problemas.

Tiempo después, una colega de la oficina me pidió que la ayudara con su mudanza. Necesitaba irse de la ciudad repentinamente y desalojar el apartamento donde había estado viviendo. Acepté ayudarla.

El día de la mudanza, mi colega me explicó que se había mudado a este apartamento cuando comenzó su nuevo trabajo, pero que durante todo este tiempo también había mantenido su antiguo apartamento amueblado en la ciudad donde había vivido antes.

Así que me explicó que ahora tenía el doble de todo, que no necesitaba. Entonces me propuso que tomara lo que quisiera: sofás, muebles, utensilios de cocina, etc. Encontré mis necesidades satisfechas, a pesar de que nunca le había contado a mi colega sobre mis dificultades financieras. Para mí, fue claro que esto no era una coincidencia, sino el efecto de esa oración que confía todo a Dios.

El camino espiritual descrito por Jesús no es empobrecerse materialmente, ni centrarse en enriquecerse materialmente, sino alejarse de la materia como fuente de nuestra seguridad y satisfacción poniendo nuestra confianza en Dios, el bien infinito, cuya creación es totalmente espiritual y tiene abundancia de provisión.

Cuando somos conscientes de nuestra unidad con el infinito, Dios, cuando somos conscientes de nuestra plenitud espiritual, la realidad de la creación de Dios es cada vez más evidente en nuestra vida diaria, incluyendo una respuesta satisfactoria a nuestras necesidades.

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