Soy Científica Cristiana, pero no hay muchas filiales de la Iglesia de Cristo, Científico, cerca de donde vive mi familia. De modo que, cuando pensé en hacer un proyecto para ayudar a mi comunidad, me vino a la mente la Sala de Lectura móvil que mi padre construyó.
Una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana es un lugar abierto al público que contiene literatura para ayudar a las personas a aprender más o estudiar la Ciencia Cristiana. Pensé que sería maravilloso proporcionar a mi comunidad acceso a la Biblia, a Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, y a otros recursos disponibles a través de la división editorial de la iglesia. Estos libros y revistas me han ayudado de tantas maneras que quería que todos pudieran beneficiarse con ellos y ser sanados por las ideas que contienen, de la manera en que yo lo he hecho. Varias iglesias en el área donaron literatura de la Ciencia Cristiana, Biblias y otros recursos para que los regalemos; acordamos no vender nada.
Mi papá y mi hermano sintieron lo mismo que yo acerca de llevar la Ciencia Cristiana a nuestros vecinos, así que se ofrecieron a ir conmigo. Nos ha resultado útil orar antes de todo lo que hacemos, por lo que nos pareció natural orar antes de sacar afuera la Sala de Lectura móvil. Me gustaba la idea de que éramos “la luz del mundo” como dijo Jesús (Mateo 5:14) y que estábamos guiados por Dios.
El primer lugar al que decidimos llevar la Sala de Lectura fue un espacio al aire libre llamado National Mall, que se encuentra en la ciudad de Washington, cerca de la Casa Blanca. Estuvimos casi cinco horas allí, y mucha gente pasaba cada hora. Una madre y su hija de Inglaterra se detuvieron y dijeron que la iglesia de la Ciencia Cristiana en su comunidad había cerrado, y que no tenían acceso a una Sala de Lectura, por lo que se alegraron de encontrarnos. Otra persona estaba agradecida de ver la Sala de Lectura y averiguar qué recursos estaban disponibles.
Otro día, cuando llevamos la Sala de Lectura a West Virginia, hablamos con una mujer que nos pidió que oráramos con ella para recibir inspiración y guía, ya que estaba a punto de perder su hogar. Además de orar con ella, mi papá encontró artículos útiles sobre el tema en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, y se los dio para que los leyera. Repartí literatura a otros transeúntes y pude explicar qué es la Ciencia Cristiana, porque algunas personas que se detuvieron a hablar no habían oído hablar de ella antes. Me gustaba compartir las ideas de que Dios es Amor y que hay leyes de Dios que nos gobiernan, y que, puesto que Él es Amor, todas esas leyes espirituales, como la salud, la seguridad y la armonía, se basan en el Amor.
Salimos muchas veces más a una variedad de lugares locales. No siempre era fácil encontrar un lugar para estacionar, pero mi papá nos ayudó a entender que el Amor proporcionaría lo que necesitáramos. Encontramos un lugar cada vez, incluso en algunas áreas difíciles de estacionar, y siempre terminamos teniendo grandes conversaciones con quienquiera que conociéramos, porque el Amor estaba guiando todo lo que hacíamos.
Me sorprendió la forma tan positiva en que nos respondió la comunidad. Incluso si no se detenían, la gente tocaba sus bocinas y levantaban su pulgar hacia arriba para hacernos saber que estaban felices de que estuviéramos allí.
De esta experiencia aprendí que no necesito tener miedo de compartir la Ciencia Cristiana. Normalmente soy una persona tímida, así que sentarme en una Sala de Lectura móvil de la Ciencia Cristiana con cientos de personas que pasaban caminando parecía aterrador, y me preocupaba que mis respuestas no fueran lo suficientemente buenas para aquellos con los que hablaba. Pero descubrí que cuando dejé que Dios guiara la conversación, no era difícil. Incluso si estaba nerviosa por mi respuesta, siempre podía ver que las ideas estaban ayudando a las personas y que Dios les hablaba, como me estaba hablando a mí.
Esta experiencia me ha ayudado a sentir más confianza al explicar la Ciencia Cristiana y orar por el mundo. Me encanta la Ciencia Cristiana y me he beneficiado tanto con ella que estaba muy agradecida de poder compartir el regalo de la Ciencia Cristiana con mi comunidad.
