Mientras nos mantenemos alerta a las desigualdades entre hombres y mujeres que aún deben abordarse, y comprometidos a superarlas, vale la pena señalar una unidad masculina / femenina que está eternamente libre de fricciones. La Ciencia Cristiana revela la combinación perfecta de lo masculino y lo femenino en la naturaleza de Dios y Lo describe como Padre-Madre.
Esto se deriva directamente de la Biblia. Al usar genéricamente el término hombre para describir la imagen espiritual de Dios, las Escrituras definen a este hombre como “varón y hembra” (véase Génesis 1:27). Por lo tanto, representar plenamente a Dios es reflejar todas las cualidades originadas en Dios, el bien, ya sea que estén generalmente asociadas con los hombres o con las mujeres.
Entonces, en la naturaleza espiritual de todos, lo femenino y lo masculino están perfectamente balanceados y son igualmente esenciales. Aceptar esto nos permite comenzar a abandonar la visión opuesta de nosotros mismos como la mitad de un todo, y cosechar bendiciones al hacerlo. Como dice Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy: “La mente masculina alcanza un tono más elevado por medio de ciertos elementos de la femenina, mientras que la mente femenina gana valor y fuerza por medio de las cualidades masculinas” (pág. 57). El pasaje continúa: “Estos diferentes elementos se conjuntan naturalmente los unos con los otros, y su armonía verdadera está en la unidad espiritual”.
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