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El clima severo puede evitarse

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 9 de abril de 2024


Desde el 1.° de junio hasta el 30 de noviembre, el Caribe, donde vivo, suele enfrentar severos sistemas meteorológicos tropicales, que incluyen lluvias torrenciales y huracanes o ciclones. Estos fenómenos climatológicos causan enormes daños o pérdidas de propiedad a través de inundaciones y fuertes vientos. Las personas son desplazadas, se pierde el ganado y las economías se ven perturbadas, lo que a veces resulta en la pérdida de empleos y empresas.

Cada año se hacen predicciones del número de tormentas que se esperan y cuán destructivas serán. Además, algunos cristianos profetizan la destrucción enviada por Dios, mientras que otros oran con la esperanza de que Dios sea generoso y pueda protegernos de tales terrores.

Recientemente, nuestro estado, compuesto de tres islas, Granada, Carriacou y Petite Martinique, recibió una advertencia de tormenta tropical, que incluía a Trinidad y Tobago al sureste de nosotros. Las imágenes de radar sugerían que la trayectoria que tomaría el sistema parecía ser sobre las islas. Nuestra oficina meteorológica local explicó que no se trataba de una tormenta, sino de una poderosa onda tropical que traería fuertes vientos, inundaciones y deslizamientos de tierra esa noche y durante los próximos dos días. Se esperaban muchos daños a la propiedad. 

Somos un pueblo que ora, así que yo sabía que muchos estaban orando. Mi oración era para saber que hay una sola Mente (otro nombre para Dios) que lo gobierna todo, que es la única Mente de cada uno de nosotros, y que esta Mente divina controla todos los sistemas, incluido el clima, y todo pensamiento; por lo tanto, no podemos tener miedo. 

Me ayudó la Lección Bíblica de esa semana en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana sobre el tema “Dios”. Incluía este pasaje del libro de texto de la Ciencia Cristiana, por Mary Baker Eddy: “El punto de partida de la Ciencia divina es que Dios, el Espíritu, es Todo‑en‑todo, y que no hay otro poder ni otra Mente, que Dios es Amor, y por lo tanto, es el Principio divino.

“Para comprender la realidad y el orden del ser en su Ciencia, tienes que empezar por considerar a Dios como el Principio divino de todo lo que realmente es. El Espíritu, la Vida, la Verdad, el Amor, se combinan en uno, y son los nombres bíblicos de Dios. Toda sustancia, inteligencia, sabiduría, todo ser, toda inmortalidad, causa y todo efecto pertenecen a Dios. Estos son Sus atributos, las eternas manifestaciones del Principio divino e infinito, el Amor” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 275).

Comprender que nuestro punto de partida es Dios —el Principio divino; el inmutable y supremo Legislador; el único poder y presencia; el Amor divino— y que la creación de Dios refleja a Dios y es espiritual, trae curación. A la luz de la ley divina, ni las llamadas leyes de la naturaleza ni las predicciones y opiniones humanas pueden permanecer. Y Cristo Jesús no enseñó que las tormentas destructivas fueron enviadas por Dios. Él dijo: “No he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17).

También recordé el relato bíblico de cuando Pedro caminó sobre el agua (véase Mateo 14:25-32), y comenzó a hundirse solo cuando se distrajo con la ferocidad del viento y apartó los ojos de Jesús, cuya propia capacidad para caminar sobre el agua ejemplificaba su comprensión de Dios como la única presencia y poder. Así que insistí en mantener mi pensamiento solo en Dios y lejos de la sugestión de que las destructivas fuerzas materiales tenían el control.   

Confiada en que mi declaración inicial de que la Mente divina gobierna todos los sistemas, incluido el clima, provenía de Dios y que Su obra ya estaba hecha, me calmé. Me fui a la cama y descansé bien. 

A la mañana siguiente, las noticias en las redes sociales, tanto locales como de Trinidad y Tobago, indicaban que el clima grave no se había materializado. “Advertencia de tormenta tropical descontinuada”, decía un titular, aunque el artículo afirmaba que aún podíamos esperar fuertes lluvias en algunas áreas. Muchos de los comentarios expresaban lo grande que es Dios y reconocían Su poder. Durante la mayor parte de ese día hubo sol. Luego en la tarde, tuvimos solo unas dos horas de lluvia, lo que causó calles inundadas, pero daños mínimos.

Después de este suceso, leí la reminiscencia de Clara Knox McKee del libro We Knew Mary Baker Eddy, Expanded Edition, Vol. 1, que describe que la Sra. Eddy les pidió a los miembros del personal de su casa (sus alumnos) que se reunieran espiritualmente y destruyeran el mal que se acercaba en la forma de un sistema de clima severo: “[La Sra. Eddy] le pidió a cada uno que se acercara a una ventana y lo enfrentara, y se diera cuenta de que no había elementos destructivos en la creación de Dios. Mientras el tornado se dirigía directamente hacia Pleasant View [la casa de la Sra. Eddy], antes de que llegara a un kilómetro y medio aproximadamente, se bifurcó y rodeó Concord [New Hampshire] y se adentró en las montañas, causando muy poco daño en nuestro vecindario” (pág. 465). Esto me confirmó que el reciente buen tiempo, humanamente inexplicable, era, en realidad, el resultado natural de la Mente divina en acción, y que la Mente divina siempre está en operación.

En los días siguientes, la oficina meteorológica local pronosticó que más ondas tropicales se acercaban a nuestras islas, pero agregó: “si es que ocurren”. Resultó que hubo más sol que lluvia. Una cadena de noticias de Trinidad y Tobago intentó explicar estos cambios repentinos en el pronóstico, mientras que los comentarios en las redes sociales los atribuyeron al poder de Dios.

Doy gracias a Dios por Su bondad y cuidado constante.

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