¡Leer la Biblia es tan sanador! Muchas de las historias que contiene nos guían y nos inspiran a amar más a Dios, a ayudarnos unos a otros, a espiritualizar nuestro pensamiento y a vivir una vida mejor.
En el segundo libro de la Biblia, Éxodo, tenemos la historia de cuando Dios divide las aguas y Moisés guía a los israelitas a través del Mar Rojo en tierra seca (véase Éxodo 14:21, 22). Tuve una hermosa curación al orar con esta idea. Al pensar en cómo todos cruzaron en tierra seca, tuve un gran momento en el que sentí el amor incondicional de Dios que todo lo envuelve. No solo fui sanada físicamente, sino que mi pensamiento se elevó de una manera que ha beneficiado mi vida desde entonces.
Durante este tiempo, sucedieron muchas cosas. Alguien de nuestra familia necesitaba atención, y estábamos haciendo arreglos para que se mudara más cerca de nosotros; mi práctica pública de curación en la Ciencia Cristiana estaba muy activa; el negocio de mi esposo enfrentaba desafíos; nuestros hijos tenían dificultades en la escuela y en otros lugares; y otro miembro de la familia también me necesitaba más de lo habitual.
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