Como hijos de Dios, todos tenemos la oportunidad diaria de dar un paso adelante con una confianza más plena en que nuestro divino Padre-Madre, la fuente de toda sabiduría, nos dirige y nos permite a cada uno de nosotros escuchar y seguir Su guía, sin restricciones. Como dijo Isaías: “Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21). Y Mary Baker Eddy afirma en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “La descubridora de la Ciencia Cristiana encuentra el camino menos difícil cuando tiene la meta elevada siempre ante su pensamiento, que cuando cuenta los pasos al esforzarse por alcanzarla” (pág. 426).
Eso me dice: No limites tus soluciones.
Hace algunos años, mientras trabajaba como arquitecto paisajista especializado en regeneración de la vegetación, me pidieron que encontrara una solución de diseño que incluyera un sitio de 81 hectáreas barrido por el viento en el desierto; donde habían sacado la capa superior del suelo y toda la vegetación durante la construcción de una carretera. La arena y el polvo oscurecían la visibilidad de quienes viajaban por la carretera, lo que provocaba numerosos accidentes. Además, la arena que soplaba desde este sitio estaba afectando negativamente las operaciones del aeropuerto cercano. Me sentí abrumado por la tarea de regenerar la vegetación del área con sus temperaturas desérticas extremas, altas velocidades del viento, poca o ninguna lluvia anual y falta de opciones viables para el riego temporal. Numerosos esfuerzos anteriores para regenerar la vegetación en el sitio habían fracasado.
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