Cuando estaba en mi adolescencia, un miembro de mi familia me advirtió que no hablara demasiado porque, como él dijo, a nadie le importaba escuchar lo que tenía que decir. Puesto que confiaba en esta persona, hice caso a ese consejo incorrecto, lo que resultó en que fuera muy callada y tímida hasta bien entrada la edad adulta.
Asistí a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana cuando era joven, y tuve muchas curaciones en años posteriores solo a través de la oración. Esto se logró mediante la aplicación de los preceptos que Cristo Jesús practicó en su ministerio de curación, los cuales están explicados en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, cuya revelación está cambiando el mundo.
Al aplicar estos preceptos, he experimentado curaciones de depresión, miedo a volar, un tumor cerebral diagnosticado médicamente (hace más de cincuenta años) y los efectos de una caída sobre concreto, por nombrar solo algunos. Mis hijas han experimentado curaciones de escarlatina, los efectos de un accidente y una apendicitis diagnosticada médicamente, que sanó instantáneamente mientras estaba en la sala de emergencias.
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