Tres números del Sentinel. Eso es lo único que necesité para poner mi mirada en las verdades espirituales reveladas por Mary Baker Eddy en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras.
En un hermoso y soleado día de verano, una amiga del bachillerato vino a visitarme, y trajo a sus hijos en edad preescolar para jugar con mis hijos de la misma edad. Cuando se iban, ella mencionó casualmente que recientemente había estado en una conferencia de la Ciencia Cristiana y lo buena que había sido. Le respondí que estaba interesada en la Ciencia Cristiana, pero que sabía poco de ella. Sacó tres ejemplares del Sentinel de su auto y me los entregó sin hacer ningún comentario, y se marchó.
Leí los tres una y otra vez porque tardaba en comprender el significado de lo que estaba leyendo. Me estaban presentando otro lenguaje —el lenguaje del Espíritu— y tuve que pensar en él para entenderlo. Sabía que me gustaba lo que decían los artículos de estas revistas, pero hacer mías las ideas que contenían me llevaría algún tiempo.
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