Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Dios me guio a una pasantía

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 1º de diciembre de 2025


El tercer año de universidad puede ser difícil. La vida comienza a ponerse seria: Ves que algunos de tus amigos y compañeros cercanos tienen éxito en la vida; a veces en áreas donde sientes que te falta algo. Mamá y papá preguntan repetidamente si solicitaste pasantías y cómo quieres que sea tu vida después de la etapa de graduación. 

La idea de pasar mi último verano universitario en un restaurante de comida rápida por cuarto año consecutivo hizo que mi mente se acelerara con la ansiedad. Sentí que mi vida profesional terminaría incluso antes de que comenzara si no conseguía una pasantía de verano. 

Durante la primera mitad de mi tercer año, recibí la bendición de tener la oportunidad de estudiar en el extranjero, en Madrid. Pero incluso mientras disfrutaba de mi tiempo allí, exploraba la ciudad y conocía gente nueva, conseguir una pasantía nunca estuvo lejos de mi pensamiento. Cuando escuché que un amigo cercano había solicitado cuatro pasantías en tan solo una noche, comencé a compararme con él y no me sentí bien.

Una de las primeras cosas que recuerdo haber aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana fueron los Diez Mandamientos de la Biblia, y esta situación me recordó el Décimo Mandamiento: “No codiciarás” (Éxodo 20:17). Codiciar significa sentir envidia o querer lo que otra persona tiene. Si bien fue fácil para mí entender esto intelectualmente, fue difícil no sentir envidia, ya que mis propios planes aún no estaban claros. 

Sin saber qué buscar y dónde quería terminar, intenté desesperadamente conseguir un empleo. Después de solicitar innumerables pasantías y obtener nada más que silencio radiofónico, tenía aún más miedo. 

Una noche, me sentía abrumado, sin un sentido claro de dirección. Así que llamé a mi mamá para pedirle consejo. 

Después de escucharme despotricar por un tiempo, me tranquilizó con un par de ideas conocidas y útiles de la Ciencia Cristiana: que todo estaba bien y que encontraría mi lugar correcto. Ella sugirió solicitar una pasantía en La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, y lo pensé un poco. Antes de colgar el teléfono, también compartió esta idea de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy: “En la Ciencia no hay lugar ni oportunidad para error de ninguna clase” (págs. 232-233).

Al principio, le di las gracias, pero lo ignoré. Mi mente todavía estaba invadida por la preocupación. Pero después de terminar la llamada, caminé por la ciudad y dejé madurar la idea de que no puedo estar en ningún otro lugar que no sea mi lugar correcto.

Había estado sintiendo que tal vez había algo mal conmigo porque aún no había descubierto qué debería estar haciendo. Pero se me ocurrió que Dios me creó y soy totalmente individual y que no hay que avergonzarse si toma tiempo comprender mi identidad espiritual y quién soy realmente. También recordé de mi estudio de la Ciencia Cristiana que nada ni nadie es imperfecto, porque Dios es perfecto y nos creó a Su imagen y semejanza. Dios también nos guía constantemente a cada uno de nosotros, así que no tenía que estresarme ni tener miedo.

Basado en esta nueva comprensión, presenté mi solicitud para hacer una pasantía en Boston como mi madre había sugerido. Después de obtener la confirmación de que la habían recibido, me invadió una ola de serenidad. Todas mis preocupaciones anteriores sobre dónde terminaría se desvanecieron por completo, y para cuando terminé mi segunda entrevista, estaba seguro de que este era exactamente el lugar en el que necesitaba estar.

La incertidumbre puede parecer desalentadora, pero es posible superarla apoyándose en Dios, el bien, y sabiendo que Él tiene las riendas. Ahora realmente sé que siempre estoy en mi lugar correcto.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.