Cuando parece que tu barco se está hundiendo, hay esperanza. Cuando parece que no puedes ser sanado de un problema físico o mental, hay esperanza. Hay más esperanza de la que te puedas imaginar; y lo que es más, está la Verdad espiritual, disponible y lista para darte la percepción que necesitas a fin de ayudarte a revelar tu condición como el hermoso y amado hijo de Dios.
En la Ciencia Cristiana, aprendemos que Dios es la Verdad. Es uno de los muchos nombres de Dios. También aprendemos que Él no es solo Padre, sino también Madre para nosotros. El Padre-Madre Dios, la Verdad, está listo. No eres un ser humano alienado que espera redención y curación. No eres temeroso o impotente, ni puedes ser etiquetado como incurable. Eres la idea espiritual de Dios, de la Mente divina, y estás viviendo una vida espiritual. Dios es tu Padre-Madre y te provee de todo lo necesario, está siempre contigo y no conoce absolutamente nada material acerca de ti.
Nuestra identidad está definida por Dios y no se puede encontrar en el ruido de las opiniones humanas, en los diagnósticos médicos, ni siquiera en la empatía y los temores bien intencionados de familiares y amigos. Se encuentra en la comunión con Dios a través del sentido espiritual, definido en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras como “una capacidad consciente y constante de comprender a Dios” (Mary Baker Eddy, pág. 209).
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