La parte norte de Galilea es una región muy fértil y frondosa, rica en vida silvestre, como lo era en épocas bíblicas. Imagino a los discípulos de Jesús sentados sobre la hierba cerca del Mar de Galilea escuchando a su Maestro, y mirarse sorprendidos al escucharlo decir: "Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia".
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