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Original Web

“Me gusta”

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 1º de abril de 2013

Original en alemán


Hoy en día es un lindo gesto destacar algún comentario, foto y otras cosas en el Internet haciendo clic en “Me gusta”. Hace un tiempo mientras sostenía en mis manos la nueva edición de El Heraldo espontáneamente pensé: “Me gusta”. ¿Qué me gusta? Me gusta aquello con lo que estoy de acuerdo, que me agrada, me inspira, me hace reflexionar y me da un empujoncito para que cuestione los habituales patrones de pensamiento. También me ofrece nuevas perspectivas de las cuales puedo aprender y esto es muy importante para mí.  

Otros lectores puede que tengan otras razones para responder con un “Me gusta” en el Internet. Siento que es un lindo gesto para los autores. Demuestra que estoy de acuerdo con ellos y a su vez indico a otros lo que el autor ha relatado. Cuando más personas demuestren su aprecio por un artículo, puede que sea más fácil que otros lectores reconozcan las valiosas ideas compartidas, las acepten y sean bendecidos por ellas. Cuando digo que me gusta un artículo, también expreso alegría y gratitud, cualidades que nos benefician a todos. 

En el lenguaje actual, podríamos decir que al ver Su creación Dios hizo clic en “Me gusta”; de hecho, le encantó.

La Biblia nos dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). En el lenguaje actual, podríamos decir que al ver Su creación Dios hizo clic en “Me gusta”; de hecho, le encantó. ¿Por qué ama Dios a Su creación, incluso al hombre (tanto hombres como mujeres)? Porque el hombre es tan bueno como Dios. En la Biblia, Jeremías lo expresa en palabras que indican claramente la relación que Dios tiene con el hombre: “Con amor eterno te he amado” (Jeremías 31:3). Y toda la carrera de Jesús destaca la alegría y el amor que Dios tiene por el hombre. Cada curación que realizó Jesús es en realidad una afirmación pública del hecho de que Dios dice: “Te amo” y que la creación de Dios “es buena en gran manera”. La luz del Cristo que Jesús manifestaba nos guía a todos a comprender que Dios es Amor, y que Su creación es la expresión del Amor. También podemos reconocer la verdadera condición de todo hombre y mujer, como la creación siempre amada de Dios.  

Hoy en día es importante mantenerse actualizado, a la altura de la época y estar al tanto de las necesidades e intereses de las personas. ¿Aplicamos esto también a nuestro concepto de Dios, o nuestro concepto es obsoleto? ¿Acaso hacemos clic en “Ya no me gusta”? Hubo un momento en mi vida, cuando descubrí, como se diría en lenguaje informático, que no había “bajado” todas las “actualizaciones” disponibles, y que me distraían “programas” viejos que no estaban a la altura del avance actual de la humanidad. Durante mucho tiempo, uno de esos viejos programas fue para mí creer que la enfermedad es real y que Dios la toleraba. Mientras permití que este programa determinara mi manera de pensar, mi sentimiento acerca de Dios en general tendía a ser “No me gusta”. Luego me enteré de que existía una comprensión más exacta de Dios que yo podía obtener. La misma permitía que una nueva percepción acerca de Dios y de la enfermedad brillara en mi pensamiento. La actualización de la que estoy hablando, y que está al alcance del mundo hoy, es la Ciencia Cristiana. En realidad, esta Ciencia no es nueva, pero nuestros sistemas de pensamiento puede que tengan que ser “actualizados” para poder usarla.  

La Ciencia Cristiana presenta a Dios como completamente bueno y todopoderoso, como incapaz de conocer o crear el mal, y de aceptar el mal como una influencia nociva. Dios es Todo-en-todo, y la enfermedad no forma parte de Su creación. La Ciencia Cristiana describe a Dios de la misma manera que Jesús señaló con tanta claridad y que todas sus acciones demostraron: Dios es totalmente bueno, afectuoso y adorable. Dios amaba a Jesús por ser Su hijo, y Jesús lo amaba a Él con todo su corazón.  

Recuerdo una época cuando empecé a comprender esto, cuando mi pensamiento acerca de Dios se acercó a la realidad. Pude comprobar el aspecto y beneficio práctico de esta nueva comprensión de la realidad cuando, después de una seria caída que me afectó la espalda y el cuello, regresé al trabajo en dos días, totalmente sana. Había comprendido con mucha claridad que Dios es sólo el bien, que no permite que ocurran accidentes y que no conoce ningún efecto de un accidente. Amé de todo corazón esta renovada percepción de Dios y también sentí Su amor por mí, y como resultado sané inmediatamente. Podríamos decir que fue una experiencia visible de que nos “gustábamos” el uno al otro. 

Estoy muy agradecida por los numerosos recursos que la Ciencia Cristiana ofrece hoy, que me ayudan a mantener mi pensamiento siempre al día y me brindan nuevas y maravillosas perspectivas de la realidad. Entre estos recursos se encuentran la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, sus otras obras, así como las revistas de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana y JSH-Online, incluso Herald-Online, que te permite compartir material en línea. Deseo de todo corazón encontrar cosas y hacer clic en “Me gusta”, simplemente porque estoy muy agradecida y feliz de poder compartirlas con otros.

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