Libertad, completa libertad, es la preciada herencia del hombre por ser hijo de Dios. Esto significa, no solo ser inmune al mal, sino tener la libertad de ser el hombre perfecto que Dios creó a Su semejanza. La perfección espiritual del hombre incluye ser inmune al sufrimiento mental y corporal, tan ciertamente como a la esclavitud civil y social.
Toda la familia humana anhela ser aliviada del sufrimiento. Nadie lo quiere, pero todo el mundo en algún momento, en cierta medida, se ve enfrentado a él. El sentido de sufrimiento pregunta: “¿Qué está sufriendo? ¿De dónde viene? ¿Por qué tengo que sufrir?”
Literalmente, miles de personas han encontrado respuesta a estas preguntas en las enseñanzas y práctica de la Ciencia Cristiana. Esta Ciencia no sólo ha puesto de manifiesto la naturaleza y origen fatuos del dolor y el sufrimiento, sino lo que es más importante, ha revelado el verdadero y perdurable remedio espiritual para acabar con ellos, revelando claramente a la humanidad la verdad acerca de Dios y el hombre a Su imagen. Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Si somos cristianos en todas las cuestiones morales, pero estamos a oscuras en cuanto a la exención física que el cristianismo incluye, entonces debemos tener más fe en Dios acerca de este tema y estar más atentos a Sus promesas” (pág. 373).
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