Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros con la habilidad de expresar Su poder divino en nuestra vida diaria. Pero para poder hacerlo, debemos tener presente la consciente unidad del hombre con Dios, la Mente eterna, pues, cuando uno toma consciencia de la presencia eterna de Dios —que Él está más cerca que la atmósfera o la luz del sol— comienza a demostrar su unidad espiritual con el Padre.
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