Al igual que todos los cristianos, yo oro con el Padre Nuestro que nos dio Cristo Jesús. En esta oración, oramos “Santificado sea Tu nombre” (Mateo 6:9). Comprender con toda claridad lo que esto significa ha sido para mí una fuente de inspiración. Cuando oramos “Santificado sea Tu nombre”, reconocemos la santidad de Dios, el ser divino. En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, la autora nos da en la página 16 el sentido espiritual del Padre Nuestro de la siguiente manera: “Santificado sea Tu nombre. Único adorable”. Al adorar o alabar al único Dios, es decir, al Uno divino, percibimos la unicidad de Dios, quien es también Vida. Por tanto, solo hay una Vida, y el hombre es inseparable de esta Vida, por ser su reflejo perfecto. Solo hay una expresión de esta Vida divina única. Además, cuando oramos “Santificado sea Tu nombre”, también nos damos cuenta de que todo lo que Dios creó, es decir el hombre y el universo, es santo como Dios Mismo es santo.
La clara visión que tenía Jesús de la santidad del hombre, le dio la capacidad para demostrar al Cristo, la idea completa de Dios.
En realidad, Jesús veía la santidad del nombre de Dios en todas partes, en todo momento, porque veía la santidad e integridad de Dios expresaba en cada individuo.
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