¿Se supone que debemos amarnos a nosotros mismos? La mayoría estaría de acuerdo en que eso es esencial para tener una vida feliz y exitosa. “Ámate a ti mismo” es una exhortación popular.
Pero ¿está esto en conflicto con la exigencia cristiana de ser humildes y abnegados? Después de todo, Cristo Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23). Al pensar en qué significa amarse a uno mismo, obtuve una perspectiva espiritual al explorar la siguiente pregunta acerca de la identidad: ¿Qué amo exactamente como mí misma?
Vernos a nosotros mismos básicamente como un cuerpo físico con una personalidad humana no es la percepción correcta del hombre. Esta perspectiva surge de la creencia de que somos tanto espirituales como materiales, y, por lo tanto, estamos sujetos a las limitaciones y los defectos de la personalidad. Esta identidad falsa es susceptible a los extremos de tener una baja autoestima abrumadora, o bien un ego enorme, que puede llevarnos a tomar decisiones erradas que tal vez sean dañinas para uno mismo o los demás.
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