La chica de la pantalla en mi computadora estaba gritando. En la serie de ficción en línea que estaba viendo, ella era una de las ocho adolescentes que habían quedado varadas en una isla desierta, y había llegado a su punto crítico.
En sus alaridos, reconocí ecos de los gritos de la vida real pidiendo ayuda que he estado escuchando en los últimos once meses. Muchos adolescentes que conozco sienten que han llegado a su punto crítico. Y ahora mismo, el “rescate” ni siquiera parece estar a la vista; al menos, si estamos esperando a que la pandemia termine o a que la vida se encamine hacia la normalidad.
¿Pero es eso lo que estamos esperando? ¿Es una cuenta regresiva para volver “a la normalidad” lo único que mantiene nuestra cordura?