Como una forma de superación personal, últimamente he estado haciendo un ejercicio innovador: A lo largo del día, simplemente tomo nota de cada ocasión en que pienso o digo erróneamente algo que sugeriría que el mal es un poder real y activo. Me sentí impulsado a comenzar este ejercicio cuando leí acerca de la respuesta de Cristo Jesús a Pilato después de que este declaró que tenía el poder para provocar su muerte. El Maestro dijo: “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba” (Juan 19:11).
¿Por qué diría Jesús tal cosa? ¿No son reales los poderes del mal? Después de todo, vemos evidencia clara de ellos en acción todos los días. ¿Estaba Jesús simplemente ignorando tímidamente lo que existe y es peligroso?
Podríamos considerar que Jesús quizás comprendía algo acerca del universo que no era tan obvio para la persona que lo amenazaba. ¿Estaba Jesús consciente de una presencia —una omnipresencia— que excluye total y completamente la existencia del mal?
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