A Pesar de que al apetito falso se le considera generalmente como algo unido a la pasión, existe una cosa llamada apetito verdadero. Cristo Jesús lo describe de esta manera (Mateo 5:6): “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!