El artículo XXIII, Sección 10, del Manual de la Iglesia Madre por Mary Baker Eddy es de vital importancia para el progreso ordenado y la protección de la Ciencia Cristiana [Christian Science Pronunciado Crischan Sáiens.]. Parte del mismo dice lo siguiente: “En la Christian Science cada iglesia filial es netamente democrática en su forma de gobierno, y ninguna persona ni otra iglesia debe inmiscuirse en sus asuntos.”
Nuestra Guía evidentemente puso gran énfasis sobre esta provisión, puesto que a los pocos años de ser adoptado este Artículo de Fe, ella rogó al Presidente de la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana y al Redactor de sus periódicos que publicaran en el Christian Science Sentinel (Enero 15, 1910) su deseo de que en las iglesias de la Ciencia Cristiana se ejerciera más democracia. Su secretario escribió lo siguiente: “Nuestra Guía desea que todas las Iglesias Científicas de Cristo filiales, sigan la tendencia siempre en aumento, de adoptar una forma democrática de gobierno en la iglesia. Ella está convencida que todas las iglesias filiales que han caído más o menos bajo el control de un profesor, o de los alumnos de cualquier profesor, hallarán ventajoso cambiar a una forma de gobierno más amplia y liberal. Mrs. Eddy se halla impresionada por la sabiduría de este movimiento, y desearía que ustedes llamen la atención a todos de modo que la Causa pueda usufructuar de los beneficios de tal medida.”
Aún cuando las filiales de La Iglesia Madre en todas partes hayan adoptado y cumplan con esta provisión de gobierno democrático, a menudo surge la pregunta hasta qué punto deben las filiales apelar a La Iglesia Madre en lo que se refiere a consejo y guía en la conducta que deben adoptar en sus asuntos locales.
Los asuntos que se relacionen con la formación de filiales y las normas que gobiernen la presentación y promoción de la Ciencia Cristiana [Christian Science] pueden ser sometidos a La Iglesia Madre para su consideración. No obstante, se sobrentiende que La Iglesia Madre no puede intervenir en los asuntos o en la conducta que se observa en las filiales respecto a los asuntos internos de las mismas.
El Manual provee las reglas para la organización de una Iglesia Científica de Cristo. La Iglesia Madre y estas iglesias filiales se hallan unidas. No obstante, estas dos entidades tienen diversas formas de gobierno. Muchos de los estatutos del Manual se refieren exclusivamente al gobierno y las actividades de La Iglesia Madre, de manera que no debieran ser adoptados por sus filiales. Por ejemplo, las filiales de La Iglesia Madre disciplinan a sus miembros bajo sus propios estatutos y no de acuerdo a los del Manual, dado que estos se refieren exclusivamente a la disciplina que ejerce La Iglesia Madre. No obstante, existen estatutos en el Manual que se aplican específicamente a la formación y conducta de las filiales. Otros se aplican especialmente a los miembros de La Iglesia Madre, sobre todo aquellos bajo el Artículo VIII que se titula: “Disciplina.”
De acuerdo al Manual de la Iglesia Madre, cada filial debe conducir sus asuntos de un modo estrictamente democrático. Las comisiones directivas deben conducirse de acuerdo a los estatutos de la iglesia y según las instrucciones dadas por los miembros reunidos para tratar los asuntos de la iglesia. Estas instrucciones también deben estar de acuerdo con los estatutos. La Comisión Directiva de una iglesia filial no es un cuerpo legislativo. Su función es estrictamente ejecutiva.
Es de suma importancia que los miembros de una iglesia filial reconozcan que, a menos que los estatutos estipulados de una iglesia digan lo contrario, las decisiones son llevadas a cabo por una mayoría de votos de los miembros presentes. Para el funcionamiento armonioso de una iglesia es esencial que la minoría acepte la decisión de la mayoría, a menos que esta decisión sea cambiada, mediante una demostración y un proceso ordenado provisto por los estatutos de la iglesia.
Todos los miembros de las filiales incluso las comisiones directivas debieran buscar devotamente la guía divina cuando se trata de los asuntos locales de una iglesia. Debieran dirigirse al Principio y no a la persona.
La iglesia filial funciona más efectiva y armoniosamente cuando sus miembros se unen en gratitud y permiten que el gobierno de Dios opere libremente por medio de la participación genuina del proceso democrático.
