Mediante la comprensión de su unidad con el poder divino, David obtuvo la victoria por sobre numerosas condiciones adversas. En su salmo de alabanza y gratitud a Dios que aparece en 2° Samuel (22:2, 3) dijo: “¡ Jehová es mi Roca, y mi fortaleza, y mi libertador; mío es! Dios es mi Roca, en él confiaré; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi torre alta y mi refugio.
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