¡Los árboles en flor, las brillantes alegrías del hogar, las coloridas azaleas y buganvilias! Sí, en muchas partes del mundo la primavera está en el aire, y la gente empieza a limpiar sus casas y jardines. Parece como que la primavera es un símbolo de renovación. Y también de esperanza, de empezar de nuevo con alegría y tenacidad.
Esto también se puede aplicar a nuestras propias vidas y formas de pensar. Todos necesitamos limpiar nuestra experiencia de vez en cuando, y liberarnos de pensamientos que podrían impedirnos crecer espiritualmente y tener una vida más feliz y productiva. ¡Lo bueno es que no tenemos que esperar a que llegue la primavera para hacerlo!
Esta parábola de Jesús me viene al pensamiento: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña” (Mateo 13:24-30). El Maestro dijo que el hombre le indicó a sus siervos que los dejaran crecer juntos hasta la cosecha, y que en ese momento, atarían la cizaña en manojos para quemarla, mientras que recogerían el trigo en su granero.
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