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Mensaje de la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana

Capitación 2015

Del número de marzo de 2015 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Estimados amigos:

Cada año en esta época sentimos el gran deseo de comunicarnos con ustedes como muy queridos amigos y compañeros miembros de La Iglesia Madre. Este año nos gustaría aprovechar la ocasión para pensar juntos en el hecho de que todos nosotros también somos compañeros miembros de la Causa de la Ciencia Cristiana.

Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, utilizaba frecuentemente la palabra Causa. Para ella significaba desarrollar una actividad vigorosa, trabajar juntos con decisión y con la mira puesta en el beneficio de toda la humanidad. No era meramente uno de los muchos propósitos buenos y loables del mundo. Ella sabía que estaba impulsada por Dios, y que era “la más grande y más santa de todas las causas” (Escritos Misceláneos 1883–1896, pág. 177), la única Causa que revelaría que la naturaleza del hombre no es de ninguna manera material, sino enteramente espiritual. Revelaría, aun en medio de las más clamorosas pretensiones de una era científica, una idea nueva y verdadera acerca de Dios, que hoy en día está poniendo la curación-Cristo a disposición de todos.

La Sra. Eddy explicó, sin embargo, que el progreso de esta Ciencia del Cristianismo, que puede beneficiar a la humanidad como nada más puede hacerlo, exige que los Científicos Cristianos trabajen en unidad, sostenidos por el impulso divino. Requiere que renovemos y profundicemos constantemente nuestra devoción a la práctica de la curación-Cristo.

Toda experiencia de curación contribuye a la fortaleza y vitalidad de esta Causa. Una mirada al mundo de hoy deja absolutamente en claro que la curación-Cristo es hoy en día tan necesaria para sanar las aflicciones, las enfermedades y los males del mundo como lo fue siglos atrás.

Manual de la Iglesia
Artículo VIII, Sección 13: 

Todo miembro de La Iglesia Madre pagará anualmente una capitación no menor de un dólar, que deberá enviar cada año al Tesorero de la Iglesia.
—Mary Baker Eddy

Cada miembro es esencial para este ministerio de curación. Su consagración a vivir el Sermón del Monte, a estudiar la Palabra de Dios, a abrazar el poder y la presencia del Consolador, y a demostrar el Principio divino de la Ciencia del existir, está teniendo su efecto. Quizás comience con la resolución de una dificultad en su propia vida, pero su efecto se extiende hasta tocar la vida de los miembros de la familia, de vecinos y de aquellos con quienes ustedes trabajan, hasta que toda la comunidad siente el impacto que produce su comprensión espiritual del Amor divino.

Tal vez sientan que han sido llamados a expresar aún más el tierno apoyo que es tan esencial en el trabajo de los enfermeros de la Ciencia Cristiana. Quizás sientan renovada alegría al ver cómo el Christian Science Monitor está elevando el espíritu de la humanidad como nada más puede hacerlo, mediante la Ciencia que lo sustenta y que “opera sin agotarse”. O tal vez estén escudriñando más que nunca antes la Lección Bíblica para dejar que la voz del Pastor impulse su práctica sanadora.

A veces, las necesidades que enfrentamos individualmente o como miembros de Iglesia pueden parecer gigantescas. Pero Dios es más grande que todas esas necesidades, y Él nos ha dado el refugio de Su Iglesia para fortalecernos y sustentarnos. Cuando nos congregamos en “la comunión de corazón a corazón, de mente a mente, de alma a alma”, como escribió nuestra Pastora Emérita, “tal comunión eleva al ser del hombre; hace que sanar al enfermo y reformar al pecador sea una sociedad de ayuda mutua, eficaz aquí y ahora” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 154–155). ¡Qué magníficas palabras para recordarnos todo lo que somos como movimiento mundial, y para reconocer cómo nuestra dedicación colectiva a la Iglesia nos revela una alegría y gratitud espirituales que nos elevan, e impulsan esta gran Causa!

Estamos profundamente agradecidos por todas las formas en que ustedes contribuyen con su tiempo y sus recursos, su amor y oración, y especialmente por su compromiso de practicar esta Ciencia sanadora. Este año notarán muchos cambios y medidas prácticas, que son posibles gracias a su apoyo. Entre ellos, se encuentra la creciente importancia de las mesas redondas con practicistas en distintas partes del mundo, las visitas a iglesias filiales llamadas “Avancemos juntos como una Iglesia de sanadores”, las reuniones para miembros sobre las actividades de los enfermeros de la Ciencia Cristiana, y las reuniones del movimiento sobre lo que significa el Christian Science Monitor para las comunidades y el mundo. Todos estamos trabajando juntos para el fortalecimiento del mensaje tan único que tiene la Ciencia Cristiana para la humanidad, a través de todas nuestras actividades y vías prácticas básicas establecidas en el Manual.

Como recordarán, hemos asumido el compromiso de estudiar el artículo de Mary Baker Eddy “‘Escoged’”, el cual ha sido traducido a 21 idiomas, en preparación para nuestra próxima Asamblea Anual (visite http://christianscience.com/languages para ver las traducciones que no se habían publicado anteriormente).

Durante todo el año compartiremos los frutos de todo este progreso en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. Luego nos congregaremos en Boston para asistir a la Asamblea Anual 2015, cuyo título será “El fundamento espiritual de la curación-Cristo”: continuemos construyendo.

Con mucho cariño,

La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana

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