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La curación y las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana

Del número de marzo de 2015 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Publicado originalmente en el Christian Science Journal de Noviembre de 2014.


David Kennedy, Redactor de las revistas de la Ciencia Cristiana, ha estado pensando y orando por las revistas que Mary Baker Eddy fundó, desde que comenzó a escribir para ellas en 1975. En esta entrevista con la Redactora Adjunta, Susan Stark, David habla de la importancia de transmitir fiel y claramente las enseñanzas de la Ciencia Cristiana en su aplicación a todas las necesidades de la humanidad.

La Asamblea Anual de 2014, tuvo como tema “El fundamento espiritual de la curación-Cristo”. Las palabras son de esta frase de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy: “Jesús estableció su iglesia y mantuvo su misión sobre el fundamento espiritual de la curación-Cristo” (pág. 136). David, ¿qué te dice eso a ti como miembro de La Iglesia Madre?

La frase dice mucho, y claramente. Me impulsa a preguntarme muchas cosas, tal como: “¿Cuánta curación se está produciendo en mi vida? ¿Estoy mostrando mi fe por mis obras? ¿Estoy satisfaciendo a los sentidos materiales, prestándoles atención, permitiéndoles que gobiernen mi pensamiento, que gobiernen mi vida, o estoy viviendo por encima de los sentidos corporales y corrigiéndolos?”

Hay un pasaje muy útil en Ciencia y Salud donde la Sra. Eddy escribe: “Entendemos la Vida en la Ciencia divina sólo a medida que vivimos por encima del sentido corporal y lo corregimos. La proporción en que aceptamos las reivindicaciones del bien o las del mal determina la armonía de nuestra existencia, nuestra salud, nuestra longevidad y nuestro cristianismo” (pág. 167). Siento que este pasaje plantea preguntas muy apremiantes, respecto a si vivo de acuerdo con los sentidos materiales, o por encima de ellos y corrigiéndolos, en mi vida y forma de pensar diarios.

También hay otras preguntas, para todos nosotros: “¿Vivimos conforme a las normas del mundo, o a su falta de normas? ¿Nos adherimos a las normas morales y espirituales del cristianismo que enseñaron Cristo Jesús, los apóstoles y Mary Baker Eddy?” Esa norma espiritual y moral es el fundamento de la curación. Todo edificio necesita un fundamento, y el progreso, tanto en la Ciencia Cristiana como en la curación, necesita de ese fundamento profundo y sólido.

Simplemente me gustaría agregar que es una alegría, es realmente una alegría, ser Científico Cristiano. Es un gozo caminar pacientemente por el sendero del crecimiento y la curación espirituales, pero tenemos que ver con toda honestidad cuál es el camino por el que estamos realmente caminando, y sobre qué estamos construyendo nuestra vida. Dios ciertamente nos ama a cada uno de nosotros.

No queremos pensar que la obediencia es como si alguien nos diera latigazos, o nos apuntara con una pistola para hacer algo. Dios realmente nos ama a cada uno de nosotros, y Su amor está siempre aquí para guiarnos, para apoyarnos y para sanarnos. Descubrimos eso cada vez más cuando obedientemente caminamos por el sendero que indica la Ciencia Cristiana.

Las revistas de la Ciencia Cristiana ¿apoyan de alguna forma esta curación-Cristo en nuestra vida?

Yo siento que sí, que el Journal, Sentinel y Heraldo pueden apoyar el progreso espiritual y la curación de todo Científico Cristiano, impartiendo clara y fielmente las enseñanzas de la Ciencia Cristiana en su infinita aplicación a todas las necesidades de la humanidad. En Ciencia y Saludhay una declaración donde la Sra. Eddy dice: “Millones de mentes sin prejuicios —simples buscadores de la Verdad, fatigados peregrinos, sedientos en el desierto— aguardan expectantes descanso y refrigerio. Dales un vaso de agua fría en nombre de Cristo, y jamás temas las consecuencias” (pág. 570).

Dios nos ama a cada uno de nosotros, y Su amor está siempre aquí para guiarnos, para apoyarnos y para sanarnos.

Hay tantos simples buscadores de la Verdad, y nuestras publicaciones periódicas pueden llegar a esos buscadores de la Verdad, puesto que nuestras publicaciones periódicas imparten la Verdad misma, la explican, la iluminan y demuestran que es práctica. Aquellos que buscan la Verdad la encontrarán, y reconocerán la Verdad cuando la vean, pero necesitamos estar seguros de que es realmente la Ciencia de la Verdad lo que estamos publicando para que todos la vean.

Todos los lectores de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana necesitan ser alimentados. Hay corderos pequeños, hay ovejas maduras, y estas revistas pueden alimentar a ambos con simples declaraciones de la verdad y también con las profundas explicaciones y conversaciones de la verdad, y de esa manera apoyar la curación para todos, dondequiera que se encuentren en su estudio y crecimiento en la Ciencia Cristiana.

¿Y qué se puede decir de la gente que escribe los artículos y los testimonios? ¿Cuál es la función que cumplen para ayudarnos a que nos consagremos a la curación?

Las personas que escriben para las publicaciones periódicas recurren a lo que han obtenido mediante su propio estudio y práctica de las enseñanzas que se encuentran en la Biblia y en los escritos de la Sra. Eddy. Esa es su función, compartir con los lectores lo que han obtenido y percibido mediante su propio estudio y práctica.

En los testimonios, los escritores relatan cómo han sido sanados mediante esas enseñanzas, y dichas curaciones alientan mucho a los lectores, e ilustran cómo se ha aplicado y demostrado la verdad. En los artículos, los escritores comparten lo que han aprendido de la Ciencia del Cristianismo y cómo practicarla.

Pienso que es importante comprender que los escritores comparten mucho más que simplemente dónde se encuentran individualmente en su práctica de la Ciencia Cristiana. Ellos hablan acerca de las profundas enseñanzas de la Ciencia Cristiana, las cuales van mucho más lejos y más profundo de donde está cualquiera de nosotros individualmente. De modo que estamos ayudando a impartir las enseñanzas mismas, y permitiendo que las enseñanzas se dirijan a cada lector donde el lector se encuentra. Y si el escrito es honesto y claro, sanará.

La Sra. Eddy vigilaba en sus primeros años las revistas que había fundado. ¿Cómo se aplica su guía a las revistas hoy en día?

Es cierto, hoy no tenemos la guía personal de la Sra. Eddy para preparar las publicaciones periódicas, tanto como a veces quisiéramos, pero sí tenemos sus escritos para guiarnos, que fue lo que ella dejó para que cumplieran sus seguidores —los Científicos Cristianos, el movimiento. Aquí tengo dos ejemplos de pasajes que nos ofrecen una guía, muy clara y directa.

La primera es de su libro Retrospección e Introspección, donde escribe: “La posteridad tendrá el derecho de exigir que la Ciencia Cristiana sea declarada y demostrada en su santidad y grandeza —que aunque sea poco lo enseñado o aprendido, ese poco tendrá que ser correcto. Que haya leche para los niños, pero no permitáis que la leche sea adulterada. A menos que se siga este método, la Ciencia de la curación cristiana se perderá de nuevo, y aumentará el sufrimiento humano” (págs. 61–62). La última parte de esa declaración es bastante grave, pero simplemente nos alerta acerca de la enorme necesidad de que impartamos la Ciencia Cristiana genuina que está de acuerdo con las enseñanzas de la Sra. Eddy, y cuán útil es esto, tanto para los Científicos Cristianos que recién inician su estudio, como para aquellos que la han estudiado durante muchos años.

Este es tan solo un ejemplo de una instrucción muy clara de parte de nuestra Guía, y la otra la encuentro en Ciencia y Salud, donde ella escribe: “Aparte de la oposición usual a todo lo nuevo, el único gran obstáculo para la recepción de esa espiritualidad, por medio de la cual viene la comprensión de la ciencia-Mente, es lo inadecuado de los términos materiales para las declaraciones metafísicas, y la consiguiente dificultad de expresar ideas metafísicas de tal manera de hacerlas comprensibles a cualquier lector, quien no haya demostrado personalmente la Ciencia Cristiana como está expuesta en mi descubrimiento” (págs. 114–115).

Encuentro que esto es muy esclarecedor en relación a comprender la importancia de lo que leemos en Ciencia y Salud. Ciencia y Salud fue escrito para la humanidad. La Ciencia Cristiana es para la humanidad, y Ciencia y Salud es la expresión más clara de esta Ciencia. La Sra. Eddy dice que es “la voz de la Verdad para esta época” (Ciencia y Salud, pág. 456). Así que, en las publicaciones periódicas —nuestros esfuerzos por impartir esta Verdad a la humanidad— necesitamos recurrir a los escritos de la Sra. Eddy para inspirar y aclarar nuestra propia comprensión de la Ciencia, y para poder explicarla y hablar sobre ella con otros en nuestros artículos.

La terminología que contiene Ciencia y Salud no es jerga. Es terminología espiritual científica sobre la cual la Sra. Eddy oró profundamente, y que ella revisó a lo largo de muchos años para llegar a esta clara expresión, esta clara explicación, de la Ciencia del existir, y cómo aplicarla. La terminología puede transformarse en jerga si la usamos indiscriminadamente y sin consideración alguna, pero si permitimos que inspire e ilumine nuestra propia comprensión de la Ciencia, entonces podremos usar lo que ella dice en Ciencia y Salud, incluso la terminología.

Por ejemplo, podemos buscar diferentes términos para hombre, la imagen de Dios, la verdadera identidad de cada uno de nosotros. Comprendemos quiénes y qué somos realmente, a medida que comprendemos lo que la Sra. Eddy nos dice que es el hombre: manifestación, expresión, imagen, semejanza, idea, reflexión. ¿Qué significan estos términos? ¿Qué destacan acerca de la naturaleza del hombre?

A medida que ahondamos y averiguamos más acerca de esto y oramos por ello, comenzamos a percibir qué somos realmente cada uno de nosotros, y si nosotros mismos comprendemos esto, entonces somos capaces de transmitírselo a los lectores, no como una jerga, sino como una terminología que es útil para explicar y mostrar a los lectores quiénes y qué son ellos verdaderamente.

De modo que, necesitamos hablar a los lectores de forma inteligente y persuasiva. Necesitamos hablar con honestidad y sinceridad. Tenemos que hablar, no como si tuviéramos algo que otros no tienen, sino desde el punto de vista de que aquí está esta verdad maravillosa, el Consolador, la Ciencia del existir, a la cual todos podemos recurrir en busca de curación, regeneración y salvación. Los escritos de la Sra. Eddy nos dan la comprensión y la claridad para hacerlo de una forma eficaz y novedosa. Es novedosa si es honesta, es nueva si estamos hablando al lector de manera persuasiva.

David, ¿podrías hablar un poco más sobre la diferencia que hay entre los artículos y los testimonios, y el propósito que tiene cada uno?

Claro, me dará mucho gusto decirte lo que pienso al respecto. Siento que es interesante que en una ocasión la Sra. Eddy les dijo a los redactores que había demasiados testimonios, y en otra ocasión les dijo que había muy pocos. Por lo tanto, es obvio que tiene que haber un equilibrio entre las conversaciones y explicaciones más profundas, que encuentras en los artículos, y las pruebas de que esta Ciencia sana, que hallas en los testimonios.

El propósito principal de un artículo es explicar al lector más profundamente algo acerca de la Ciencia del existir y cómo aplicarla.

Los testimonios de curación son las ilustraciones, la evidencia de que esta Ciencia es el Consolador. Cuando Juan el Bautista envió a dos de sus discípulos a Jesús, preguntándole si era el Mesías, él no empezó a hablar de profundas teorías teológicas. Él dijo: “Miren las curaciones. Miren los frutos. Esa es la prueba” (véase Mateo 11:2–6). Así que los testimonios son muy importantes.

Pero al mismo tiempo, necesitamos los artículos para explicar las cosas y ayudar a los lectores a pensar más profundamente y razonar más plenamente sobre esta Ciencia, a fin de que ellos mismos puedan aplicarla. A veces un artículo tiene una curación que muestra cómo la Ciencia de que habla el artículo fue aplicada en cierta experiencia, y eso es muy útil.

No obstante, los artículos no tienen que tener curaciones. No tienen que tener experiencias. Su propósito principal es explicar al lector más profundamente algo acerca de la Ciencia del existir, y cómo aplicarla. Y no es tanto una curación lo que le da credibilidad a un artículo. Por más útil que sea una curación, es la manera como escribimos los artículos lo que les da credibilidad. Es nuestra honestidad, nuestra claridad, nuestra humildad, y nuestra forma acertada de mostrar y explicar la Verdad; eso es lo que les da credibilidad.

¿Estás diciendo que es nuestra vida la que habla a través de las palabras?

Sí, es nuestra vida la que les da autenticidad a las palabras.

Tú eres el redactor de tres revistas diferentes. ¿Puedes hablar un poco de las similitudes y diferencias que hay entre ellas?

No hay una línea divisoria muy marcada, entre los artículos del Journal, Sentinel y El Heraldo, pero cada una de estas revistas tiene un propósito muy claro. El Journal es, como dice la Sra. Eddy,  para “… dejar constancia de la Ciencia divina de la Verdad” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 353). Esto puede significar hablar sobre la naturaleza de Dios, o hablar sobre la naturaleza del hombre como la semejanza, expresión, imagen, manifestación, idea, y así sucesivamente, de Dios. O tal vez quiera decir, hablar sobre las leyes de Dios que gobiernan toda la creación y se aplican a la curación. Podría ser explicar en qué consiste la verdadera curación cristiana, qué entraña la curación, cómo se produce la curación, y así sucesivamente. Y, por supuesto, hay muchos otros temas; entre ellos, cuál es la verdadera espiritualidad acerca de la provisión, hogar, compañía, empleo, qué significa seguir a Cristo.

El Sentinel, como dice la Sra. Eddy, es para “… mantener guardia sobre la Verdad, la Vida y el Amor” (Miscelánea, pág. 353), y en la cubierta del Sentinel hay un lema muy importante, “Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad”. Estas son palabras de Cristo Jesús (Marcos 13:37).

Entonces, ¿sobre qué mantiene guardia el Sentinel? Sobre el enemigo. Encontré este hermoso versículo en Isaías: “Vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu del Señor levantará bandera contra él”  (véase Isaías 59:19). Pero, ¿qué es este enemigo? ¿No es acaso la mente carnal, una pretensión agresiva de que el mal es real, que tiene poder? ¿Y esta pretensión agresiva no intentaría acaso oscurecer la Verdad, la Vida y el Amor; oscurecer la verdadera naturaleza del hombre, quien es la imagen de la Verdad, la Vida y el Amor? ¿No intentaría oscurecer la disponibilidad y eficacia de la curación-Cristo?

De manera que el Sentinel tiene un propósito extremadamente importante. Tiene que mantenerse vigilante contra este enemigo y levantar bandera contra él. El Sentinel necesita defender la totalidad y la omnipotencia de la Verdad, la Vida y el Amor. Puede defender la verdadera naturaleza del hombre, y señalar y corregir aquello que trataría de denigrar la pureza, la bondad, la integridad y la felicidad del hombre. Y el Sentinel puede defender claramente la norma de la verdadera curación-Cristo, y mostrar su eterna accesibilidad.

El Heraldo es, como dice la Sra. Eddy, “…para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad” (Miscelánea, pág. 353). Siento que esta es una misión muy importante y maravillosa. Podríamos decir que completa la sagrada misión de las publicaciones periódicas en conjunto.

Tienes el Journal que deja constancia de la Ciencia divina de la Verdad; tienes el Sentinel que mantiene la guardia sobre la Verdad, la Vida y el Amor; y ahora tenemos El Heraldo que proclama la actividad y disponibilidad universales de esta Verdad. De manera que realmente lo veo como que completa esta misión maravillosa de todas las publicaciones periódicas.

La Verdad abraza a toda la humanidad universalmente, y se aplica a todas las necesidades de la humanidad. No existe ni una sola necesidad en cualquier rincón del globo donde la Verdad no responda y no pueda sanar. Dondequiera que haya un corazón receptivo, la Verdad puede llegar a ese corazón y transformarlo. Puede ser interesante señalar que además de nuestros cuatro Heraldos impresos en español, alemán, francés y portugués, también publicamos Heraldos en Internet, en indonesio, holandés, griego, ruso, italiano, danés, sueco, japonés, finlandés y noruego, de manera que, El Heraldo es universal.

La Sra. Eddy habla acerca de alguien que está aprendiendo a sanar, y dice: “Ninguna pericia intelectual es necesaria en los estudiantes, mas una sana moral es sumamente deseable” (Ciencia y Salud, pág. x). ¿Cuáles dirías que son las cualidades que más se necesitan para escribir sobre la curación en la Ciencia Cristiana?

Yo diría que las mismas cualidades fundamentales que se necesitan para sanar son necesarias para escribir sobre la Ciencia Cristiana. Obviamente es necesario tener cierta habilidad para escribir, pero incluso eso es algo que puede desarrollarse mediante la práctica y mediante la oración. Lo que se requiere son las cualidades de humildad, espiritualidad, pureza, bondad, amor desinteresado por la humanidad; y en la medida que expresemos estas cualidades, lo que escribamos para las publicaciones periódicas traerá por sí mismo curación y elevará espiritualmente a otros.

¿Qué fue lo primero que te impulsó a escribir para las publicaciones periódicas?

Creo que fue el deseo de compartir con otros lo que yo estaba aprendiendo sobre la Ciencia Cristiana y cómo sana. Mi primer artículo trataba sobre permitir que Dios nos sane, y esa fue una idea que realmente me impresionó. Pienso que, básicamente, ese es el motivo para escribir, compartir con otros las enseñanzas de la Ciencia Cristiana de una manera que contribuya a que se produzca la curación. No es para presentar nuestros propios puntos de vista sobre algo, o nuestros propios planes, sino escuchar atentamente para recibir las ideas que ayudarán a otros, y luego trabajar para transmitir esas ideas de una forma clara y sanadora.

La grandeza tiene que ver con el impacto sanador que nuestro trabajo tiene en el mundo, y eso es algo que tenemos que lograr y demostrar.

Y requiere trabajo. Puede que nos sintamos realmente inspirados, y nos sentemos para ponerlo por escrito de una forma que transmita el mensaje de manera útil y clara para otros, y entonces descubrimos que tenemos que trabajar para lograrlo. Generalmente, no fluye así nomás, sin esfuerzo. También tenemos que tener en cuenta —yo tengo que tener en cuenta— que lo que estamos escribiendo es para que todos lo vean. No es simplemente para nuestros amigos, no es ni siquiera solo para los Científicos Cristianos, sino para que todos lo vean.

Es como un arreglo de flores. Puedes tener un arreglo de flores con tres frentes que se ve precioso arrimado contra la pared, pero si lo pones en el medio de una mesa, se verá que un lado está vacío. De igual manera, nuestros artículos —la inspiración que obtenemos— se publican para todos. Hay que tener mucho cuidado, tanto al escribir como al revisar estos artículos, a fin de que desde donde sea que uno lo mire, el artículo esté completo y correcto.

¿Cómo alentarías a un nuevo colaborador o a alguien que hace bastante tiempo que no escribe?

Mi aliento sería este versículo del Apocalipsis donde Dios habla y dice: “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre” (3:8).

Esa es una maravillosa promesa para cada uno de nosotros, el hecho de que nadie puede cerrar la puerta a nuestras posibilidades de servir a Dios, a nuestra Guía y a la humanidad. Y eso es lo que estamos haciendo cuando escribimos para las publicaciones periódicas, estamos sirviendo a Dios, a nuestra Guía y a la humanidad. Cuando consideramos escribir para estas publicaciones bajo esta perspectiva, esta tarea se transforma en una actividad sanadora en sí misma, y nada puede impedirnos sanar por cualquier medio que Dios disponga que sanemos.

Estamos sentados en La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, donde se preparan estas revistas, y en la pared de este edificio hay un versículo de Salmos tallado en la piedra. El mismo dice “El Señor daba la palabra; grandiosa era la multitud de aquellos que la publicaban” (véase 68:11, según la versión King James). ¿Qué significa este versículo para ti en relación a las revistas?

Para mí tiene un gran significado, como estoy seguro de que lo tuvo para aquellos que decidieron ponerlo allí arriba. El salmo dice: “El Señor daba la palabra”. Esto indica claramente que la Ciencia divina es la Palabra de Dios, lo que estamos publicando es la Palabra de Dios, la Ciencia divina. Eso es lo que resplandece a través de la comprensión espiritual de la Biblia, eso es lo que resplandece a través de los escritos de Mary Baker Eddy, los cuales sacan a relucir el sentido espiritual de la Biblia, y en eso es en lo que estamos trabajando para que resplandezca a través de nuestras publicaciones periódicas: la Palabra de Dios, la Verdad.

“Grandiosa era la multitud de aquellos que la publicaban”. La grandeza tiene que ver con el impacto que nuestro trabajo tiene en el mundo, y eso es algo que en realidad tenemos que lograr y demostrar. No somos grandiosos simplemente porque publicamos revistas. Tiene que ver con la humildad; tiene que ver con la espiritualidad, con la dedicación con las cuales estas publicaciones periódicas son escritas y publicadas.

Hay una cita maravillosa en Mensaje a La Iglesia Madre para 1902, de la Sra. Eddy. Ella escribe: “Sugiero como lema para todo Científico Cristiano, como escudo espiritual vivo y vivificante contra las potestades de las tinieblas:

‘Grande no como César, manchado de sangre,
Sino sólo grande según soy bueno’ ”.

Ella continúa: “Sobre esta base sólida descansa para cualquier cristiano el único éxito genuino posible, y es sobre esta base que yo he alcanzado el mío” (pág. 14).

La grandeza, como puedes observar allí, es la bondad, y si deseamos ser grandiosos, entonces todavía no hemos logrado la bondad. De modo que, se requiere que luchemos genuinamente con nosotros mismos, se requiere la humilde disposición de servir reflejando a Dios, y permitir que Dios vaya revelando los frutos de esa labor. Nosotros publicamos la Palabra, no simplemente al publicarla literalmente, sino al demostrar la Palabra en la curación, de manera que la humanidad vea cada vez más que el Consolador prometido está aquí y al alcance de todos.

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