Las Cataratas del Iguazú en la frontera entre Argentina y Brasil, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La cantidad de agua es impresionante. Hay muchas islas a lo largo del borde de 2,7 kilómetros, las cuales dividen las cataratas en 150 a 300 caídas de agua (dependiendo del nivel del agua), que varían entre 60 y 82 metros de altura.
Estas cataratas me recuerdan la inagotable abundancia del bien de Dios. Su interminable provisión de cualidades e ideas espirituales se está revelando constantemente. Las mismas se manifiestan en cada uno de nosotros porque somos Su expresión espiritual, y se hacen evidentes en nuestra vida en toda forma que podamos necesitar.
El esforzarnos por mirar más allá de las limitaciones, tristeza y enfermedades que los sentidos materiales siempre presentan, y sentir y conocer en cambio la omnipresencia del Amor divino, nos permite percibir las infinitas oportunidades, libertad, paz y alegría que Dios tiene para todos Sus hijos. Por eso es tan importante alcanzar una comprensión más profunda de la existencia espiritual.