La resurrección es realmente una celebración de vida. De hecho, con ella Jesús demostró a la humanidad que la vida es eterna.
La misión de Jesús no solo fue presentarnos a Dios, el Todo-en-todo, y enseñarnos a amarnos los unos a los otros; él también vino a demostrarnos la importancia de estar conscientes de nuestra relación con el Amor divino, y que todos podemos expresar al Cristo, la idea perfecta de Dios.
Con este fin, nos instó a cambiar nuestra manera de ver las cosas, y a estar alerta a lo que pensamos. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, pregunta: “Consciencia, ¿dónde estás? ¿Estás morando en la creencia de que la mente está en la materia, y que el mal es mente, o estás en la fe viviente de que no hay y no puede haber sino un único Dios, y guardando Su mandamiento” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 308).
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