Originales Web
Apareció primero el 16 de junio de 2025 como original para la Web.
Al leer otros artículos en el Journal de mayo, me di cuenta de que había estado obsesionado con el problema de mi espalda y los posibles remedios físicos. Cada artículo me daba puntos de vista más profundos sobre cómo podía verme a mí mismo con claridad, completamente espiritual y de ninguna manera material.
Para progresar al máximo, todas nuestras energías deben dedicarse a espiritualizar el pensamiento. Todo pensamiento que no comience con una visión divinamente inspirada de la existencia es incorrecto, infructuoso y no tiene valor alguno.
Mientras escuchaba para recibir los pensamientos de Dios, este mensaje angelical me llegó calladamente: “… Vida es sólo Amor” (Mary Baker Eddy, Himnario de la Ciencia Cristiana, N.° 30). Estas palabras llenaron mi consciencia. No solo capté intelectualmente esta idea; sabía, sin duda, que Dios, el Amor todopoderoso, me rodeaba a mí y al mundo entero.
Lo que Naomi aprendió ese día puede ayudarnos a todos. No hay nada que temer cuando sabemos que estamos siempre rodeados por el Amor divino, Dios.
Original en español
Me mantengo alerta durante todo el día a los pensamientos de incertidumbre, temor y angustia que me llegan de la forma de pensar del mundo. Al seleccionar y admitir solo los pensamientos que provienen de Dios, el bien, no me dejo engañar por la discriminación, el racismo, la intolerancia o la violencia, sabiendo que estos errores no me pertenecen a mí ni a mi prójimo, porque no son de Dios.
No obtenemos lo que necesitamos de ningún otro lugar que no sea el Amor divino, Dios. La ley del Amor nos permite ser agradecidos y generosos, sin perder nada. Estos estados de pensamiento pueden trascender cualquier ritual u obligación e impulsarnos a estar más conscientes de nuestra unidad con nuestro Padre celestial.
El Cristo mismo que estaba con esos tres hombres en el horno todavía está presente para salvar a la humanidad de la enfermedad, el pecado y la muerte.
Cuando comencé la caminata, oré a cada paso, sabiendo que, si Dios no causaba dolor, entonces no podía manifestarse en mi experiencia. Di el primer paso y luego el siguiente sin dolor. La caminata del primer día fue corta, y mientras caminaba y oraba, logré quedarme con el grupo.
Seguí orando, aunque fui tentada a sentir que estaba caminando por la cuerda floja sin una red de seguridad. Pero el mensaje divino llegó rápidamente: “Dios jamás nos deja sin una red de seguridad”. Todo el temor desapareció. Estaba a salvo y sabía que podía confiar en ese hecho espiritual, a pesar de no saber cómo se manifestaría.
Aunque pueda parecer que otras voces ahogan la voz de la Verdad y su inspiración divina, Dios habla con infinito poder y autoridad y se escucha por encima del temor y la duda.