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Ahora se la verdad que soy hija de Dios, soy Su imagen y semejanza, soy Su reflejo y esto es una liberación.

Enfrentar cada oportunidad como una manera en que mi comprensión del gobierno de Dios en mi vida aumente ha marcado una diferencia en la forma en que enfrento todo.

Dios es la Mente infinita, y esta Mente me había alimentado con todo lo que necesitaba saber y decir para responder al ataque a la política. Era como si Dios me lo hubiera dictado.

Todo lo que crea el Amor divino es amoroso, equilibrado y controlado. Dios no castiga, no quita, no pierde el control. Dios solo bendice. Aceptar esta verdad para todos es una oración que ayuda a reconstruir vidas y estructuras, y a restaurar hogares y empleos.

Me regocijé, porque esta curación representaba el reino de los cielos, el reino de la armonía, lo que entiendo que es la perla de gran precio (véase Mateo 13:45, 46) que no se puede comprar con dinero, sino que se experimenta al estudiar y practicar la Ciencia Cristiana.

Somos capaces de ver que todo está bien con nosotros porque un Dios completamente bueno, la Mente divina, es la fuente de lo que realmente somos como semejanza de la Mente.

Nuestros familiares y amigos notaron la gran diferencia en nuestra familia, a través de nuestra actitud tranquila. Entiendo que esto se debe al hecho de que estamos constantemente conscientes de la verdad que nos gobierna a nosotros y a todo el universo.

Noto que la figura de la garza brilla en la superficie del agua, lo que me hace considerar el significado de reflejo. Todos sus atributos, toda su belleza están intactos en el reflejo, tal como todo el parque y su majestuosidad están reflejados en el lago.

Cada tres años desde 1907, la Junta de Educación, una auxiliar del Colegio de Metafísica de Massachusetts, ha dictado una Clase Normal para preparar y autorizar a nuevos maestros de la Ciencia Cristiana, tal como fue provisto por Mary Baker Eddy en el Manual de La Iglesia Madre . Con gran alegría, anunciamos la culminación de la Clase Normal de 2024, la que incluyó varias primicias históricas.

Ahora entiendo mucho mejor que la tristeza no es más poderosa que la alegría y que nada puede separarme, ni a mí ni a nadie, del amor de Dios.