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En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, he aprendido que Dios es una ayuda siempre presente.
Aunque al principio nos sentimos angustiados e inquietos por este enfrentamiento, mi esposo y yo afirmamos que Dios, el Principio, el Amor, era el único poder que realmente estaba en operación. Reconocimos que el Principio divino estaba a cargo, no las personalidades.
Publicado originalmente en portugués
Dios no hizo seres humanos con mentes separadas y propensas a errar y una mezcla de rasgos buenos y malos. Los hijos de Dios son espirituales y reflejan todas las cualidades íntegras de la única Mente divina, y nada más.
A pesar de los informes que llegan a nuestras pantallas sobre el delicado estado de la unidad mundial, la oración revela que, en el amor de Dios, todo lo que poseemos es la bondad que proviene de Dios.
Esta declaración de Ciencia y Salud fue una dulce promesa al considerar mi intachable integridad espiritual como hija de Dios: “La Ciencia divina del hombre está tejida en una sola tela consistente, sin costura ni rasgón” (pág. 242).
Cuando los niños, en particular, son rescatados de la esclavitud, ante la preocupación por las secuelas de una experiencia tan terrible, esta aserción da razón para tener una expectativa diferente. Afirma que el poder pertenece a la inocencia.
He estado reprendiendo en oración males como la pérdida, la desesperación, el odio y la brutalidad, y afirmando hechos espirituales basados en la supremacía de Dios, el bien.
Una de las cosas más importantes que estoy aprendiendo es que la obra de Dios ya está hecha y ya es espiritual, perfecta y presente. Así que mis oraciones no están cambiando algo, sino más bien discerniendo lo que Dios ha hecho.
Publicado originalmente en francés
El hecho es que Dios, la Verdad, ni lucha ni niega el error porque, al ser perfecto, el único poder y omnipresente, Dios solo se conoce a Sí mismo y a Su creación.
Una vez que me di cuenta de mi error, la comprensión entró de prisa. Me di cuenta de que, durante todos esos días de lucha, realmente nunca había estado separada del amor de Dios, jamás había estado desconectada de la realidad de la supremacía del Espíritu.