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Darme cuenta de que podía conectar el sentimiento de estar en casa con sentir la presencia reconfortante de Dios realmente me ayudó.
La palabra camino expresa un sentido de seguir adelante, tal vez en el espíritu de que hace mucho tiempo los seguidores de Cristo Jesús hablaron de sus enseñanzas como “el camino”.
Una práctica que comencé y que marcó la diferencia fue hacer una lista diaria de gratitud. Cuando no podía concentrarme en nada más que en la oscuridad o el miedo, al menos podía estar agradecido por cosas obvias, como mi familia, los practicistas de la Ciencia Cristiana y mi hogar como un lugar donde podía calladamente conocer y amar a Dios.
Deseo expresar mi gratitud por las numerosas curaciones que el estudio y la práctica de la Ciencia Cristiana me han traído desde que comencé a asistir a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana a los cuatro años.
Todos los días estoy agradecida por esta experiencia, que me recuerda estar alerta a lo que pienso y soy, y a comenzar cada mañana apreciando la majestad y la presencia de Dios y el hecho espiritual de nuestra unidad con Él.
Original en español
Ahora veo la senda por donde andar
para seguir al Cristo,
para encontrar el bien divino, Dios,
que sana espiritualmente
Ricky estaba tan feliz de haber tenido una curación. También estaba feliz de aprender más sobre la oración y sobre cómo confiar en Dios para sanar.
Asistí a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana desde niña y aprendí que Dios está en todas partes, por lo que pronto recuperé la sensación de seguridad. Asimismo, siempre había amado a todos los animales.
En ese momento, el ciervo dejó de luchar y comenzó a nadar hacia un área abierta del lago. Dio un poderoso salto sobre el hielo, y corrió al subir a la orilla, donde un policía había detenido el tráfico para que cruzara la calle.
Original en español
Como imagen y semejanza de Dios, no estaba sujeta a las leyes limitantes del tiempo o la vejez, sino que tenía dominio sobre ellas; expreso salud, juventud, armonía y alegría, todas las cualidades que provienen de nuestro Padre-Madre Dios, eternamente.