Las personas que no estudian la Ciencia Cristiana, a veces no comprenden bien los puntos importantes de la metafísica cristiana. Puede haber ocasiones cuando nosotros, que la estudiamos, tampoco logramos percibir adecuadamente esos mismos puntos. De hecho, cuanta más claridad y exactitud los Científicos Cristianos aporten a su propia percepción de las verdades espirituales, tanto más ayudarán a disolver los puntos de vista errados que tienen otras personas. Claro que, con frecuencia, es mucho más fácil pensar en reformar a otro. Es un poco más difícil cuando nos damos cuenta de que primero debemos lograr que las cosas estén totalmente correctas en nuestro propio pensamiento.
Realmente, no podemos darnos el lujo de dar por sentado las conocidas verdades que se encuentran en la Biblia y en los escritos de Mary Baker Eddy. Es necesario reflexionar sobre estos libros, sondearlos para captar su completo y preciso significado. Por ejemplo, ¿qué impacto tiene en nosotros cuando reflexionamos sobre el hecho de que la materia es irreal? ¿Acaso solo percibimos vagamente que los objetos que nos rodean, incluso el cuerpo físico mismo, son insuficientes para representar la verdadera sustancia? O lo que es peor, tal vez simplemente dejamos de lado ese concepto pensando que llegaremos a captar su significado en el futuro. Honestamente hablando, no podemos esperar que la humanidad perciba sin estudiar lo que nosotros mismos, con nuestro estudio, tenemos que captar aún más completamente.
La Ciencia divina enseña sin reserva alguna que la materia debe desaparecer ante la presencia del Espíritu. Pero sin una explicación y aplicación, tal concepto no sería más que una teoría para el Científico, e incomprensible para el novato. ¿Qué queremos decir realmente con el término “materia”? ¿Estamos pensando acaso en la desaparición de los objetos que nos rodean: un tarro de pintura, un pedazo de cuerda, una bolsa de papas? Si es así, estamos flotando en nubes de teorías que van mucho más allá de nuestra práctica actual. No obstante, hay algo muy práctico, muy inmediato, acerca de la presente disolución de la materia.
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