El poema de Mary Baker Eddy “Satisfecho” registra la verdadera naturaleza de la idea de Dios, el hombre, la identidad espiritual de cada uno de nosotros. Su última estrofa dice:
Los siglos caen, cadenas no hay,
¡gloria a Dios!
Quien hace aquí Su voluntad
saciado es.
(Himnario de la Ciencia Cristiana, Himno 160)
La satisfacción es un aspecto de la integridad, la totalidad, la plenitud: el resultado de la concordancia entre Dios y los hijos e hijas de Dios creados a Su imagen.
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