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Una visita a Mrs. Eddy

Del número de enero de 1959 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando yo era joven mi salud era muy precaria. A pesar de que mi padre era médico cirujano no me había podido ayudar. En razón de estar tuberculosa no se esperaba que viviría hasta una edad adulta. Mientras tanto la salud de mi madre sufrió un quebranto y siete de los mejores médicos y cirujanos de nuestra ciudad la diagnosticaron como caso perdido. Fué en aquella ocasión que nos fué presentada la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”..

Después del primer tratamiento mi madre que había estado guardando cama sin esperanzas de que jamás podría salir de la casa, hizo una larga caminata. Al fin de esa semana se vió en ella una mejoría notable. Después de leer “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, ella dijo: “Esto es precisamente lo que tanto he estado deseando.” Bebió esta verdad como niño sediento, pues había estado ansiosa de hallar una religión práctica. Como resultado de haber ella abrazado el estudio de la Christian Science, ella, mi hermana y yo fuimos sanadas.

Nuestra madre tomó instrucción de uno de los alumnos de Mrs. Eddy y al oír durante la instrucción que Mrs. Eddy enseñaba en Boston decidió inmediatamente que debía dirigirse a la fuente misma. Escribió a Mrs. Eddy y fué admitida a una de sus clases Primarias.

Más o menos al año de haber estudiado con nuestra Guía, mi madre sintió la necesidad del consejo de Mrs. Eddy respecto a cierto trabajo en la iglesia. Al escribir pidiéndole una entrevista, le preguntó si podía traer a una de sus hijas quien había aceptado la Christian Science y que deseaba ser practicista. Nuestra Guía le respondió inmediatamente así: “Sí, venga y traiga consigo a su hija.”

Después de llegar a Concord, en el estado de New Hampshire, le enviamos a Mrs. Eddy un recado, quien nos respondió rogándonos que fuéramos a verla en su casa a una cierta hora. Llegamos a la hora acordada, y después de saludarnos muy cordialmente ella dijo, según puedo recordarlo: “Pues acerquemos nuestras sillas y hablemos como si fuéramos madre e hijos.” Conversó con nosotros sobre asuntos de iglesia y habló a largo acerca de la necesidad de hacer trabajo de protección para nuestras iglesias.

Mrs. Eddy dijo en substancia lo siguiente: “Al mal impersonal, al hipnotismo y a las atenuaciones mayores del mal debe manejárseles y vencérseles de modo que nuestras iglesias puedan crecer en número y prosperidad. La mayor unidad de pensamiento y acción debiera existir entre nuestros trabajadores. Debemos tocar al mundo mediante nuestras obras más antes que con nuestras palabras. Nuestras vidas consagradas serán efectivas, porque ellas ayudarán a despertar a la luz y a la libertad a un mundo adormecido.”

Una de las cosas que dijo ha permanecido vivamente en mi pensamiento y es a saber: “Cuando ponemos la semilla en la tierra, no siempre demanda luz, calor y humedad; se mantiene quieta y crece. Mas después que la buena semilla ha sido sembrada el enemigo comienza a sembrar la cizaña.” Interpretamos ésto como una advertencia que el error nos diría que podía robarnos de esta marvillosa experiencia.

Estas fueron las palabras de despedida de nuestra Guía: “El buen Dios os guiará y guardará, sólo si os encomendáis a El y obedecéis Sus mandamientos.”

Una de las cosas gloriosas de la Christian Science es el hecho que tan pronto somos bendecidos deseamos bendecir a los demás. Habiendo saboreado el cielo aquí nos hace deseosos de ayudar al que lucha para que encuentre y exprese la luz de Dios. Jesús dijo (Mateo 5:13, 14): “Vosotros sois la sal de la tierra. ... Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre una montaña no se puede esconder.”

Refiriéndose a estas declaraciones Mrs. Eddy escribe en Ciencia y Salud (pág. 367): “Vigilemos, trabajemos y oremos, pues, para que esta sal no pierda su sabor y esta luz no esté escondida, sino que irradie y resplandezca hasta alcanzar la culminación de su gloria.”

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