Deseo expresar a través de este testimonio mi profunda gratitud a Dios por Sus bendiciones y por Su bondad.
Cuando mi hijo de diecisiete años sufrió hace algunos años un accidente fatal, me sentí abrumada por una gran sensación de depresión y desesperación. Mi madre, que era estudiante de la Christian Science, me suplicó que leyera el libro de texto de esta Ciencia, Ciencia y Salud por Mrs. Eddy, nuestra bienamada Guía. Me dijo que me daría cuenta que el hombre, cuya vida es Dios, nunca muere. Le obedecí y leí el libro.
Después de un tiempo descubrí que mi consciencia se había librado enteramente del pesar, y que podía decir en las palabras de Jesús (Juan 8:32): “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
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