Tan profundamente agradecida estoy por las múltiples bendiciones que he recibido a través del estudio y la aplicación de la Christian Science que me siento impulsada a ofrecer este testimonio.
Al igual que aquella mujer a la cual se refirió Jesús y de quien dijo que “Satanás la ligó” (Lucas 13:16), yo también había sufrido durante muchos años de curvatura de la espina dorsal. Cualquier actividad me cansaba y me producía fuertes dolores de espalda. Consulté a varios médicos incluso a osteópatas pero sin recibir beneficio alguno.
Luego conocí la Christian Science y en diversas ocasiones recibí tratamiento de practicistas. Después de mucho estudiar llegué a la conclusión de que debía sobreponerme al hábito de criticar y de asumir falsas responsabilidades. Finalmente me di cuenta que los hábitos de los demás no eran asunto mío. La Biblia dice (Filipenses 2:12): “Llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación,” y (Mateo 7:1): “No juzguéis, para que no seáis juzgados.” También estudié estas palabras del hermoso himno cuya letra fué escrita por nuestra Guía y que puede hallarse como el n.° 160 en el Himnario de la Christian Science:
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