El poder sanador de la Ciencia Cristiana [Christian SciencePronunciado Crischan Sáiens.] se ha demostrado ampliamente en mis asuntos personales en los doce años que he sido estudiante de esta religión. Al apoyarme exclusivamente sobre las enseñanzas de la Biblia y de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, he podido solucionar problemas de naturaleza física, moral y financiera.
Mientras era estudiante en la escuela superior, me ví atacado por frecuentes dolores de cabeza. Alentado por las verdades que aprendía en la Escuela Dominical respecto a la abundante provisión de salud con que Dios provee a Sus hijos, comencé a hacer frente al problema utilizando mis conocimientos de la Ciencia. Razonaba desde la base de la perfección del hombre como la expresión espiritual de Dios. Los dolores de cabeza comenzaron gradualmente a disminuir y finalmente cesaron del todo. Jamás se han repetido.
Algunos años más tarde el reconocimiento inmediato del poder de la Verdad tal como lo define la Ciencia, resultó en una curación instantánea. Había sido picado por una abeja y sentía gran dolor. Empero, al momento sentí que mi consciencia se inundaba con las verdades tan iluminadoras del “estado científico del ser” que aparece en la página 468 de Ciencia y Salud. A los pocos segundos, el dolor había desaparecido completamente y todo rastro visible de la picadura también, probando así tal como lo dice la declaración que “no hay vida, verdad, inteligencia, ni substancia en la materia.”
La Ciencia Cristiana [Christian Science] me ha ayudado enormemente en mis esfuerzos de asimilar las virtudes de la bondad, el amor y la comprensión compasiva. La teología que encierra esta Ciencia ha ampliado la base de mi manera de pensar, y en cierta medida me ha capacitado para abandonar la creencia en una personalidad carnal con sus fallas y limitaciones. El hombre viejo y sus acciones, o sea el concepto errado del hombre fueron rechazados en gran parte y reemplazados por el gozoso reconocimiento del bien que refleja el hombre, hecho a la imagen y semejanza de Dios, o la Verdad y el Amor. En mi experiencia he tenido evidencia de numerosas pruebas prácticas del éxito que aporta un esfuerzo de esta naturaleza.
Una condición al pecho que hacía más de un año me estaba molestando fue sanada, apoyándome exclusivamente sobre esta Ciencia. Un escudriñamiento diligente y prolongado de conciencia que tenía por objeto aislar el pensamiento erróneo específico que agravaba la situación tuvo éxito al fin. Durante este período las sugestiones de temor, dolor y desaliento fueron vencidas, a medida que adquiría un concepto más claro del estado espiritual del hombre, y del dominio que Dios le ha otorgado por sobre las creencias de la mente carnal.
Los defectos de carácter, tales como el mal genio y el egoísmo latente han desaparecido. A pesar de que aún me queda mucho por corregir, hallo que la oración y adhesión a las enseñanzas de esta Ciencia inevitablemente traen consigo un mejoramiento en las condiciones humanas.
Estoy profundamente agradecido por la vida y las obras de Cristo Jesús y de Mrs. Eddy. Las enseñanzas de Cristo, la Verdad, me han guiado en innumerables ocasiones, dando a mi vida mayor profundidad, y más significado.—Rio de Janeiro, Brasil.