Catalina y su hermanita Carolina siempre se tornan a la Ciencia Cristiana [Christian Science] en busca de ayuda para resolver sus problemas.
Su mamá a menudo les lee de la Biblia y de Ciencia y Salud por Mrs. Eddy y les explica cómo pueden ellas hacer uso de la verdades que contienen estos libros.
En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana a la cual ellas asisten regularmente, Catalina y Carolina están aprendiendo lecciones interesantes que les son útiles todos los días. Ellas saben que el obedecer los Diez Mandamientos que Dios le reveló a Moisés, las protegerá y las mantendrá sanas y felices.
Un año, para Navidad cada una de las niñas recibió como regalo un maletín de mano que contenía un ejemplar de la Biblia y de Ciencia y Salud. El juego de Catalina era de color verde y el de Carolina rojo. A ellas les gusta llevar sus libros consigo cuando van a la Escuela Dominical.
Un día, la madre de las niñas notó que a Catalina se le había formado un gran verruga en la rodilla. Tanto la niña como su madre querían depender solamente de la Ciencia Cristiana [Christian Science] para destruir el error.
Ellas sabían que la misma verdad sobre la cual se apoyaba Cristo Jesús para llevar a cabo sus obras sanadoras, también está siempre presente para sanarnos y traernos la armonía. En cierta ocasión él dijo (Juan 8:32): “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
La mamá le leyó a Catalina del primer capítulo de la Biblia donde dice (Gén. 1:27, 31): “Creó Dios al hombre a su imagen, a la imagen de Dios le creó ... Y vió Dios todo lo que había hecho; y he aquí que era muy bueno.”
“Dado que este feo error llamado verruga no es bueno, no ha sido hecho por Dios,” dijo la madre, “de modo que no posee ni causa ni realidad.”
Catalina escuchaba atentamente mientras su madre continuó diciendo: “Tu ser verdadero es la imagen o idea de Dios, es espiritual y perfecto, libre de todo error. A medida que comprendemos la verdad y la afirmamos, el error desaparecerá.” Luego ella repitió esta frase de Ciencia y Salud (página 463): “Una idea espiritual no tiene ni un solo elemento de error, y esta verdad elimina debidamente todo lo que sea nocivo.”
Cuando una amiga que no es Científica Cristiana, sugirió que la verruga podía ser extirpada por los medios materiales, Catalina con toda firmeza dijo, No. La madre se dispuso entonces a explicarle afectuosamente a la amiga que ellas se estaban apoyando en la Ciencia Cristiana [Christian Science] para la curación de la condición.
Pasaron varias semanas y la condición permanecía igual. No obstante, Catalina y su madre no se desalentaron pues ellas sabían que la Verdad jamás falla y sana siempre cuando nos apoyamos en ella. “La verdad es siempre victoriosa” nos dice Ciencia y Salud, pág. 380.
La niña y su madre se abstuvieron de vigilar el error, y en vez siguieron afirmando que sólo el bien era verdadero y estaba presente.
Un día Catalina vino corriendo hacia su madre gritando gozosamente, “¡Mira, mamita, ha desaparecido!”
La madre miró la rodilla de la niña y vió que la verruga se había desprendido sin dejar rastro alguno. La parte donde había estado la verruga estaba tan suave y lisa como el resto de la rodilla.
¡Cuán contentas estaban Catalina y su madre que habían sido capaces de probar nuevamente que el Cristo, la Verdad, está siempre presente para sanarnos y restaurar la armonía!
¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder, y la gloria, y la victoria, y la majestad; porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú te ensalzas como cabeza sobre todas las cosas! — 1° Crónicas 29:11.