Una de las cosas que aprendemos en la Ciencia Cristiana [Christian Science] es que Dios está en todas partes. Dado que Dios está en todas partes, y que El es Mente, no hay nada que pueda perderse. Si la sugestión se presentara de que algo se ha perdido, debemos recordar que Dios llena todo el espacio y entonces podemos probar que aquello que parece estar perdido no lo está, en razón de que existe sólo una Mente. Al igual que el pastor de la parábola de Jesús, podemos regocijarnos y decir (Lucas 15:6): “Regocijaos conmigo, porque he hallado la oveja mía, que se había perdido.”
Yo probé esto mismo por una experiencia que tuve. Hace cuatro años, cuando me hallaba en el quinto grado tenía una cotorrita a quien quería muchísimo. Un domingo por la mañana Tina se hallaba posada sobre el espejo del cuarto de baño, y en la habitación contigua había quedado abierta una ventana que se nos había olvidado cerrar. Las puertas estaban cerradas para que Tina pudiera quedarse en el cuarto de baño o en mi pieza donde tenía su jaula.
Dado que estábamos listos, partimos en camino a la iglesia de la Ciencia Cristiana y en tanto que mi hermano y yo asistíamos a la Escuela Dominical, mis padres iban al culto. Cuando volvimos a casa, descubrí que Tina había desaparecido.
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