La indiferencia por descubrir los mensajes espirituales que las Escrituras contienen, o la interpretación equivocada de ellos, puede tener graves consecuencias dentro del matrimonio, y, por lo tanto, también para la sociedad. Hay quienes aceptan sumisamente la declaración teológica errónea de que la procreación de la especie humana es una demanda matrimonial que emana de la disposición divina, y que sin importar cuáles puedan ser las circunstancias matrimoniales, la procreación de la especie humana no debe evitarse.
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