Meses atrás, mientras ejecutaba ciertos ejercicios de gimnasia, me disloqué un pie. Sentí un dolor muy desagradable que me dificultaba caminar normalmente. Aunque de inmediato negué el dolor, cada día empeoraba. Esta molestia continuó por varias semanas, durante las cuales fui a Holanda en compañía de mi hija que iba a estudiar allí.
Al llegar, me puse inmediatamente en comunicación con una practicista de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens., y durante los días subsiguientes hubo una leve mejoría. Pero un día en que mi hija y yo buscábamos durante horas una habitación para ella, sentí que no podía continuar por más tiempo. Hasta el apretar el acelerador del automóvil me causaba dolor en el pie.
Llamé nuevamente a la practicista y le pedí una entrevista. No fue posible concertarla hasta después de algunos días, y esto me obligó a que yo mismo corrigiera mi pensamiento. A la mañana siguiente leí el folleto “La Confianza Absoluta y la Curación” (edición holandesa), y le presté atención especial a un artículo que revelaba la importancia de expresar amor. Lo fui meditando, palabra por palabra, y sentí una serena paz y felicidad. Luego estudié la Lección-Sermón a fondo. Después de eso percibí que todo estaba totalmente bien, lo que por cierto probó ser el caso. Desde ese día no volví a tener ninguna dificultad en ese pie.
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