Hay personas que creen que la Ciencia Cristiana es otra de las fantasías de hoy en día, cuando en realidad es la Verdad absoluta y puede ser demostrada como tal. Tiene sus reglas y es tan infalible como la ley de las matemáticas. Cuando se aplica correctamente no falla. Mrs. Eddy define claramente esta Ciencia en la primera página de su libro Rudimentos de la Ciencia Divina “como la ley de Dios, la ley del bien, que interpreta y demuestra el Principio divino y la regla de la armonía universal”.
La música ilustra cuán importante es la armonía. Supongamos que en una orquesta sinfónica cada músico tocara su instrumento a su antojo, sin permitir que el director condujera. ¿Qué resultaría? Caos, confusión, desarmonía. Esto es precisamente lo que hacemos cuando pensamos que somos mortales; creemos que poseemos una mente propia que podemos utilizar a nuestro antojo. No nos damos cuenta de que sólo existe una Mente, la divina, y que si permitimos que esta Mente divina nos guíe y gobierne, gozaremos de verdadera armonía.
Esta ilustración, junto con la definición acerca de la Ciencia Cristiana arriba mencionada, me ayudó a obtener mi curación de un severo ataque de influenza. También me dio un sincero deseo de aprender más cada día acerca de la maravillosa ley de Dios.
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