Por varios años he tenido el privilegio de leer y escuchar muchos testimonios, todos los cuales he disfrutado. Considerando algunos de ellos de gran ayuda, siento que es tiempo de compartir una curación que tuve hace seis años, que me demostró, como dentista, que la Ciencia Cristiana realmente cura.
Una noche sentí un agudo dolor de muelas. Al principo temí no poder viajar al día signiente a una ciudad distante, donde debía asistir a una conferencia. Por experiencias anteriores sabía cómo se desarrollan estos síntomas. En el pasado, con el tratamiento dado por los más expertos dentistas, hubiera sido necesario extraer dicha muela. Esta vez, instruida por las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, rehusé mantener en mi pensamiento ese cuadro clínico. Decidí olvidar todo mi estudio médico, mi título de dentista, y todas las malas experiencias por las que había pasado. Decidí apoyarme únicamente en Dios, confiando por completo en Él para mi curación. Literalmente borré todo el conocimiento adquirido durante años de práctica como dentista. Con un ademán deseché todas estas falsas creencias.
Abrí al azar el libro de texto Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, y empecé a leer. De pronto sentí como si una mano hubiera pasado por mi rostro, y quedé completamente libre del dolor. No hubo consecuencias posteriores y esta misma muela sigue firme en su lugar. Pude demostrar la verdad y regocijarme en esta curación instantánea, confiando absolutamente en Dios como el único sanador y rehusando abrigar toda falsa creencia de desarmonía.
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