Un día, cuando Manchitas era apenas un cachorrito, estaba jugando solo en la habitación donde estaba el televisor. Elenita, Juanito y su mamá estaban ocupados en otras partes de la casa. De pronto, Elenita notó que Manchitas no estaba por allí y que había estado demasiado silencioso para un cachorrito tan activo como él. Empezó a sospechar que, tal vez, estaba haciendo alguna travesura.
En ese momento, se oyó un golpe sordo proveniente de la habitación donde estaba el televisor. Elenita corrió a ver qué había sucedido, y encontró a Manchitas tendido en el suelo. Había mordido un cable eléctrico y seguramente había recibido un choque eléctrico.
Juanito vino corriendo desde su habitación y vio lo que había pasado. Todos querían ayudar al perrito, pues creían que se estaba muriendo. Elenita desconectó el cable con cuidado y Juanito envolvió al perrito en una frazada. Comprendieron que el cachorrito necesitaba ayuda, y pronto.
Mientras los niños empezaron a orar por Manchitas, su mamá llamó a un practicista de la Ciencia Cristiana, quien también aceptó orar por el perrito. Una de las ideas que compartió con la familia fue esta declaración de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud: “Todas las criaturas de Dios, moviéndose en la armonía de la Ciencia, son inofensivas, útiles e indestructibles”.Ciencia y Salud, pág. 514. El practicista explicó que todo lo que vive jamás muere, porque Dios es la fuente de toda la vida y El nunca puede dejar de existir.
Si alguien o algo parece morir, ya se trate de un amigo, un familiar o un animalito que amamos, en realidad, continúa viviendo, aunque nosotros creamos que algo distinto ha sucedido. Ya sea que continuemos viendo a nuestros amigos o no, es bueno recordar que siguen viviendo y que ellos lo saben. La identidad verdadera siempre está ante la gentil presencia de Dios, a pesar de lo que pensemos. Nada puede destruir a Dios, la Vida infinita, ni a Sus ideas.
El cachorrito había mordido el cable a las siete y media de la noche. Veinte minutos después, andaba por todas partes, pero sus ojos todavía no estaban bien. Al día siguiente, estaba perfectamente bien, lleno de energía, y tan travieso como siempre. Al principio, tuvo un poco de dificultad para comer porque le dolía la boca, pero también mejoró pronto. Y jamás volvió a tocar el cable del televisor.
Esa fue la lección que aprendió Manchitas. La lección para Elentia y Juanito fue confiar en que Dios ama y cuida todo lo que El ha creado. En la Biblia, Dios dice de Sus hijos: “Señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Gén. 1:26. Esto puede significar que tenemos la responsabilidad de amar y de cuidar a nuestros animalitos todo el tiempo. El verdadero cuidado también es descubrir, cada vez más, que todo en la creación de Dios es hecho perfecto y que nuestro Padre lo mantiene en perfecta seguridad.
Las experiencias de curaciones en los artículos del Heraldo se verifican cuidadosamente, incluso en los artículos escritos por niños o para niños.
