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Manchitas aprende una lección

Del número de abril de 1985 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un día, cuando Manchitas era apenas un cachorrito, estaba jugando solo en la habitación donde estaba el televisor. Elenita, Juanito y su mamá estaban ocupados en otras partes de la casa. De pronto, Elenita notó que Manchitas no estaba por allí y que había estado demasiado silencioso para un cachorrito tan activo como él. Empezó a sospechar que, tal vez, estaba haciendo alguna travesura.

En ese momento, se oyó un golpe sordo proveniente de la habitación donde estaba el televisor. Elenita corrió a ver qué había sucedido, y encontró a Manchitas tendido en el suelo. Había mordido un cable eléctrico y seguramente había recibido un choque eléctrico.

Juanito vino corriendo desde su habitación y vio lo que había pasado. Todos querían ayudar al perrito, pues creían que se estaba muriendo. Elenita desconectó el cable con cuidado y Juanito envolvió al perrito en una frazada. Comprendieron que el cachorrito necesitaba ayuda, y pronto.

Mientras los niños empezaron a orar por Manchitas, su mamá llamó a un practicista de la Ciencia Cristiana, quien también aceptó orar por el perrito. Una de las ideas que compartió con la familia fue esta declaración de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud: “Todas las criaturas de Dios, moviéndose en la armonía de la Ciencia, son inofensivas, útiles e indestructibles”.Ciencia y Salud, pág. 514. El practicista explicó que todo lo que vive jamás muere, porque Dios es la fuente de toda la vida y El nunca puede dejar de existir.

Si alguien o algo parece morir, ya se trate de un amigo, un familiar o un animalito que amamos, en realidad, continúa viviendo, aunque nosotros creamos que algo distinto ha sucedido. Ya sea que continuemos viendo a nuestros amigos o no, es bueno recordar que siguen viviendo y que ellos lo saben. La identidad verdadera siempre está ante la gentil presencia de Dios, a pesar de lo que pensemos. Nada puede destruir a Dios, la Vida infinita, ni a Sus ideas.

El cachorrito había mordido el cable a las siete y media de la noche. Veinte minutos después, andaba por todas partes, pero sus ojos todavía no estaban bien. Al día siguiente, estaba perfectamente bien, lleno de energía, y tan travieso como siempre. Al principio, tuvo un poco de dificultad para comer porque le dolía la boca, pero también mejoró pronto. Y jamás volvió a tocar el cable del televisor.

Esa fue la lección que aprendió Manchitas. La lección para Elentia y Juanito fue confiar en que Dios ama y cuida todo lo que El ha creado. En la Biblia, Dios dice de Sus hijos: “Señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Gén. 1:26. Esto puede significar que tenemos la responsabilidad de amar y de cuidar a nuestros animalitos todo el tiempo. El verdadero cuidado también es descubrir, cada vez más, que todo en la creación de Dios es hecho perfecto y que nuestro Padre lo mantiene en perfecta seguridad.

Las experiencias de curaciones en los artículos del Heraldo se verifican cuidadosamente, incluso en los artículos escritos por niños o para niños.

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