Cuando Demian cumplió 12 años, sus padres le regalaron una flamante bicicleta roja y negra tipo bicicross. ¡Los ojos le brillaban de alegría de tan contento que estaba!
Al regresar del colegio, Demian solía hacer sus tareas, y después iba con sus amigos para pasear en bicicleta. Una tarde fue con su bici a uno de sus lugares favoritos, un centro de juegos electrónicos, para juntarse con ellos.
Horas más tarde, llegó a su casa muy triste sin su bicicleta. Le contó a su mamá que alguien se la había robado. La había dejado a unos metros de la puerta del negocio para poder vigilarla, pero cuando fue a buscarla para irse de vuelta a casa, ya no estaba más allí.
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